"Después de todo la única inmortalidad a que el hombre se aproxima en la tierra es la prolongación de la estirpe. Y la quiere purificada de los dolores, limitaciones y estorbos que hacen difícil su condición presente. Esa aspiración tiene un símbolo, la escuela, y un procedimiento, la educación". Alberto Lleras, febrero 1957 (tomo 1, página 537).
Me han pedido escribir sobre esta exhaustiva antología de discursos, columnas, reflexiones y artículos periodísticos de mi padre, Alberto Lleras Camargo, que publicó Villegas editores en conmemoración del primer centenario de su nacimiento (Alberto Lleras, Antología. Selección y prólogo Otto Morales Benítez. Editor Benjamín Villegas. Villegas editores 2008).
Tengo que confesar que me cuesta trabajo y voy a explicar por qué. En familia, mi padre era un hombre común y corriente, sin pretensiones de ninguna especie. Mi infancia transcurrió a su lado de modo tan apacible y cotidiano que no llegué a percibir su impresionante capacidad intelectual. Más adelante, en algún momento de nuestras vidas, yo actué como su secretaria y colaboré en las investigaciones que adelantó para escribir sus memorias. Pasaba a limpio lo que mi padre escribía con dos dedos en una vieja máquina de escribir.
Hoy, después de cien años de su nacimiento, y yo con mis 61 años a cuestas, he estado leyendo cuidadosamente esta antología, dividida en 5 tomos: El intelectual, El periodista, El político, El gobernante y, por último, El diplomático. Algunos textos ya los conocía, pero me encantó volver sobre ellos; otros son completamente nuevos para mí. No deja de asombrarme que en cada tomo haya un acopio inmenso de conocimientos: reflexiones sobre la educación, sobre la economía, algo de historia universal, bastante de historia de Colombia, especialmente en la que él participó activamente durante gran parte su vida. También como periodista abarcó temas de cultura universal, ciencia y tecnología, desde el comienzo de los años 20 hasta mediados de los 80.
Leyendo esta antología se me han aclarado muchas cosas, he puesto en contexto otras y aprendido otras tantas; por eso me atrevo a recomendarla, así haya quienes no estén de acuerdo con algunos de sus planteamientos políticos, hechos en momentos cruciales de Colombia y que, por eso mismo, son parte de su historia.
Esta antología bien pudiera servir de material de referencia y de enseñanza, con un componente adicional que señala Gabriel García Márquez en el prólogo a las Memorias de Alberto Lleras, publicadas en 1997: "Alberto Lleras Camargo era un gran escritor que fue dos veces presidente de la República". Pero no sólo era un escritor de innegables calidades literarias, sino un gobernante profundamente convencido de la importancia de la labor de los educadores en la forja de un país.
Altablero, 46, Entender y aprender de una vida |