Con la creación de empresas surgidas de los proyectos pedagógicos productivos, y apoyados en las oportunidades de formación técnica que ofrece el SENA, los estudiantes del Internado Manacal construyen su propio futuro a través de prácticas que los fortalecen como protagonistas de su comunidad.

Un proceso de formación educativa acompañado del aprendizaje y la constante práctica de las habilidades empresariales de los estudiantes. Así se caracteriza la vida educativa en el Internado Manacal, donde sus 250 estudiantes aprenden como ser personas autosuficientes y capaces de sobresalir en el sector productivo de su comunidad.

Esta institución ofrece una enseñanza que aprovecha las condiciones del municipio, San Juan de Arama, en el departamento de Meta, en el que destacan la ganadería y la agricultura. Para competir en el campo productivo, desde pequeños, los estudiantes son formados como futuros empresarios.

Articulado a su currículo, el Internado desarrolla el componente Proyectos Pedagógicos Productivos, dirigido a la formación de competencias laborales. Se trabajan proyectos de tipo agroindustrial, agropecuario y artesanal, resultado de las misma necesidades del internado y la comunidad. "Es el profesor quien nos va orientando en los procesos que llevamos a cabo; también anualmente recibimos capacitaciones en este tipo de producciones", señala Andrés Mauricio Osorio, estudiante del grado décimo e integrante del proyecto Manalac.

El proceso está apoyado con la formación técnica del SENA, que brinda a los estudiantes bases que ellos pueden consolidar a su entrada a la educación superior; una transición muy importante teniendo en cuenta que los jóvenes provienen del sector rural de San Juan de Arama.

La coordinadora del Programa de Articulación con la Media Técnica del SENA del municipio de Granada, María Inés Fernández, afirma que "esta formación consiste en que los estudiantes de 10 y 11 puedan hacer, de manera simultánea, un oficio y obtener una titulación del SENA en formación de competencias laborales. Al salir de grado 11 reciben su título de bachiller junto con el del área desarrollada en su formación técnica".

Esta capacitación simultánea de los estudiantes de grados décimo y once se realiza en las tardes, de lunes a viernes, en jornada contraria a la de su vida escolar. Los jóvenes van al SENA de Granada y trabajan en actividades teórico-prácticas con los docentes.

"Hablamos de articulación para formación técnica en educación media, que termina con el bachillerato", afirma el rector Ramiro Acosta". Pero hay la posibilidad de que los muchachos puedan acceder a universidades que tengan convenio con el SENA para continuar la formación iniciada en el colegio".

El proceso de articulación permite avalar, por el SENA, la capacitación de los estudiantes en determinadas competencias laborales que ellos adquieren y fortalecen en su paso por el Internado. Al finalizar su educación media, el estudiante recibe la certificación en la formación técnica cursada. "El papel del SENA es hacer la asesoría y el seguimiento y, a la vez, homologar el trabajo de los docentes en ese proceso de formación técnica", asegura el Rector.

La formación técnica comenzó en 2006 en el Internado Manacal, cuando el SENA capacitó y reforzó los perfiles de los docentes de planta de las instituciones que tenían proyectado en su plan educativo la articulación con esta formación, de modo que correspondieran a los proyectos que deberían orientar y coordinar.

Durante la formación técnica, docentes y estudiantes desarrollan la estructura curricular por medio de trabajos en grupo o talleres y práctica de las asignaturas. Así, el estudiante va nutriendo su conocimiento y aprendiendo cómo hacer sus actividades productivas.

Esta formación técnica permite a los estudiantes armar sus propias empresas en las áreas de capacitación, y "también ingresar a la educación superior, no como principiantes sino en un nivel más avanzado, como cuarto semestre, por ejemplo", comenta el rector Acosta.

En cuanto a los proyectos productivos de la institución, la docente Gloria Helena señala que: "trabajamos la parte de agroindustria en los grados décimo y once; panadería en el grado once y el proyecto Manalac, que trabaja lo que tiene que ver con cárnicos (producción de jamón, salchichón y mortadela) y lácteos, (leche, yogures, quesos y arequipes). También tenemos los proyectos pecuarios y los artísticos o artesanales, que están divididos por afinidades".

El trabajo agroindustrial comprende un proceso completo, los estudiantes desarrollan un proyecto productivo y transforman el producto. "Por ejemplo, en el área de cárnicos, los estudiantes se preparan en manejo de porcinos, y hacen la trasformación de la carne de cerdo en embutidos, ahumados" describe el Rector.

Respecto a otras necesidades y problemáticas agroindustriales, se tienen proyectos muy oportunos, como los de recolección y manejo de basuras, control de plagas e insectos y aprovechamiento de materia orgánica, que cuentan con espacios propios.

Por ejemplo, la materia orgánica sirve para la producción de abono de los cultivos y la huerta escolar; a su vez, la producción de pepino, arveja, habichuela, tomate, cebolla, permite que la institución y su comunidad tengan una fuente de abastecimiento para su consumo y comercialización, sin tener que ir a Granada o Villavicencio para conseguir los productos.

Ramiro Acosta destaca el funcionamiento de un banco estudiantil en el Internado, que garantiza el ahorro y el cuidado de las ganancias que arrojan los proyectos, y asegura que "con este proyecto apuntamos a la solución de una problemática común: el uso de dinero. Este banco está a cargo de varios estudiantes, con la orientación de un docente.

Con estas tempranas prácticas educativas y productivas, se establece una solidez en la formación de personas autosuficientes. La profesora Gloria Helena subraya la creación de una mentalidad empresarial, y Andrés Mauricio va más allá al manifestar su entusiasmo con la respuesta del estudiantado, que surge, según él, de "suplir nuestras necesidades y desarrollar nuestra economía. Aprendemos por qué competimos en la sociedad: para hacer nuestra propia empresa y sentirnos útiles y, además, aportamos nuestro capital como base de la producción, lo que nos hace sentir como propio el proyecto y comprometernos más con el mismo".

En el internado también se trabajan proyectos que estimulan las aptitudes manuales de los estudiantes. Por ejemplo, en la parte artística está la producción destinada a celebraciones y decoraciones. "Es importante que plasmen sus ideas en tarjetas, porcelanas -que ellos pintan y venden- y en los arreglos para celebrar el día de la familia o el niño", resalta la docente de Ciencias Religiosas y Ética, Gloria Helena, y orientadora del proyecto de panadería.

Una de las integrantes del proyecto artístico, Paola Trujillo, quien cursa octavo grado, asegura que para ser parte de estos grupos es necesario tener aptitudes y muy buena disposición, para que los docentes a cargo del proyecto los seleccionen. Por ejemplo, en la Feria de San Juan, los productos del proyecto Manacal son comercializados por los estudiantes que los producen.