Durante los últimos años, la Revolución Educativa ha significado más y mejor educación para muchos niños y jóvenes habitantes del campo.

En lo que hace a la Primera Infancia, se inició durante 2007 un piloto de atención integral en la modalidad Entorno Familiar, lo que significó atender 7.166 niños y niñas en Antioquia, Cauca y La Guajira. Esta experiencia ha tenido asistencia técnica del gobierno cubano. En esta modalidad se atiende directamente a los niños y niñas menores de 3 y 4 años y a sus hermanos menores de tres años, por medio de un acompañamiento educativo a los padres, madres y adultos responsables, a través de encuentros educativos que buscan potencializar su función educativa en el hogar.

Actualmente cursan educación básica 98 niños y jóvenes por cada 100 que tienen entre 5 y 14 años; en 2002 la misma cifra correspondía a 69 por cada 100. Por cada 100 jóvenes entre 15 y 16 años, 87 cursan educación media¹.

En el año 2003, sólo el 16% de los municipios contaba con oferta académica en educación superior; en 2007, el mismo indicador alcanzó 39.3%. A su vez, el 60% de los programas técnicos y tecnológicos y el 56% de los universitarios se ofrecían en 2003 en Bogotá, Antioquia y Valle, en donde está el 38% de la población entre los 17 y 21 años. En 2006, el 25% de las zonas rurales tenían oferta de educación superior. Estos incrementos y mejoras en la oferta han repercutido en el crecimiento de la cobertura, que pasó del 24.4% de 2002 al 31.8% alcanzado en 2007; se prevé llegar al 33.8% en 2008.

Igualmente, en los últimos años ha cambiado la distribución de la matrícula de educación superior, según niveles de formación. En el año 2002, la participación de los programas técnicos profesionales y tecnológicos en el total de la matrícula fue el 18.3%, la de los programas universitarios el 75.4% y los posgrados el 6.2%. En 2008, los niveles de formación técnico profesional y tecnológico alcanzan el 29.9% del total (11.6 puntos porcentuales más que en 2002). En cuanto a la composición de la matrícula por áreas del conocimiento, Agronomía y Veterinaria participan con el 2.1% de los matriculados, mucho menos que áreas como Ingeniería, arquitectura y urbanismo (28.5%) o Economía, Administración y Contaduría (26.7%). Lo anterior muestra la falta de formación de profesionales en las áreas relacionadas con el campo, una necesidad relevante para el desarrollo del país en las actividades productivas de este sector.

Estas cifras representan avances notables, alcanzados mediante la colaboración entre el Ministerio, las entidades territoriales, los establecimientos educativos, la banca multilateral y agentes privados.

¹ Resolución 166, octubre 2007.