* TERESITA HURTADO GAMBOA

"Tenemos que ir al ritmo de la actualidad para no sentarnos a estudiar historia".

Estas son las palabras de la profesora Miryam Cárdenas Rivera, docente de Sociales del Colegio Integrado Helena Santos Rosillo, ubicado en el patriótico municipio de Charalá, al suroccidente del departamento de Santander. Ella suele usar la frase para motivar a los estudiantes a conocer su realidad. Tiene como base una noción de sujeto que más que contemplarla o recordarla, vive la historia y convierte la actualidad en parte fundamental del saber que debe tener el estudiante. Es la forma de ser competente en todas las áreas de conocimiento.

Se trata de aprehender "la historia que nosotros no vivimos, la historia que vamos dejando y que el país va dejando mientras nosotros estamos vivos". Esta noción activa del sujeto y de la historia permite motivar a los estudiantes a un conocimiento significativo de su realidad local y global.

Al momento de ser aprobada la propuesta de estándares básicos, "que cambió el curso de la enseñanza de la historia y la geografía para convertirse en la enseñanza de las ciencias sociales desde un punto de vista integral" Myriam en compañía de Mary Tulia Poveda y Luz Zarai Martínez encontraron la excusa perfecta para mejorar sus prácticas y motivar cambios profundos en el establecimiento educativo.

¿Cómo poder integrar está nueva visión de la enseñanza de las ciencias sociales de forma tal que permitiera el mejoramiento de la calidad? "Existía un gran problema y era que solamente hasta grado 9° teníamos sociales". Así, las profesoras plantearon la necesidad de abrir clases para grados 10° y 11°, idea que fue recibida con beneplácito por parte de la comunidad educativa y que les "aseguró la carga horaria desde primero hasta el último grado". Pero no sólo se trataba de una carga horaria.

Ya asegurado el tiempo, ¿qué hacer con él?

Para hacer uso eficiente del tiempo, las profesoras diseñaron una estrategia cuyo objetivo es desarrollar personas competentes e integrales. Para tal fin, pensaron, era necesario, entre otras cosas, el conocimiento amplio de la realidad y la permanente actualización. En un principio se promovió que el estudiante tuviera el hábito de ver u oír noticias, para lo cual se creó "la herramienta Diario Noticioso", en el que el estudiante anota una o dos noticias de su interés particular en dos o tres renglones durante la semana. "Pero el Diario Noticioso se quedaba en ver la noticia, ¿dónde quedaba el pensamiento crítico y la comprensión?"

Esta preocupación da su razón de ser a la herramienta pedagógica diseñada por las profesoras y que bautizaron con el nombre de "Geodato", un diario de investigación que le permite al estudiante estar actualizado, hacer investigación sobre el tema y desarrollar su pensamiento crítico.

Después de tener el Diario Noticioso, el estudiante elige una de las noticias que más le llama la atención y construye el geodato. En un formato tipo documento, corta y pega la noticia, consigna la fuente, hace una síntesis del contenido y la amplía o desarrolla por medio de preguntas problematizadoras, hechas por él o ella misma. "No hay noticia prohibida", cuenta la profesora Miryam.

Poco a poco los estudiantes establecen de qué modo pueden resolver su pregunta problematizadora, que hará parte de la ampliación del geodato. Se les motiva a investigar otras fuentes, seleccionar y buscar información relevante, hacer un léxico técnico del tema en cuestión y ubicar geográficamente el contexto. Después de este proceso, los estudiantes responden su pregunta en un texto en el que plasman su visión del tema. El geodato se trabaja de 6º a 11º, cambiando un poco, según el grado y en correlación con las habilidades de los estudiantes. Por ejemplo, en grado 11º el texto final es un ensayo mientras que en 6º es un texto argumentativo menos complejo.

El mismo proceso del geodato evita que los estudiantes hagan el famoso "corte y pegue", pues el valor central de la herramienta está en la expresión propia de cada uno de ellos. El maestro tiene un papel orientador pero el verdadero agente es el estudiante: "Muchas veces uno se sorprende o se queda corto frente a lo que los estudiantes producen". El geodato también sirve para hacer historia, y la prueba está en que cada uno de los portafolios que hacen los estudiantes a final de año se queda en la institución como libro de consulta.

Ahora las maestras quieren complementar el geodato, instaurando un proceso de socialización del trabajo en donde el estudiante maneje técnicas de exposición y material didáctico que le permitan comunicar lo aprendido a otros compañeros.

La mayor dificultad a la cual se vieron enfrentados en el establecimiento fue promover la cultura de la consulta y motivar a los estudiantes a escribir sus propios pensamientos. Pero los obstáculos se superaron gracias a la tenacidad de las maestras y al apoyo de los directivos.

"Básicamente esta es una estrategia para desarrollar en casa", comenta la profesora Myriam. La diversidad de temáticas hace compleja la puesta en común en el aula, pero los resultados se notan en el día a día de la clase. Los debates realizados enriquecen el desarrollo de las temáticas; los estudiantes mejoran notablemente su autoestima pues se sienten seguros de lo que saben y participan de forma activa; su expresión oral mejora y se promueve el respeto y la tolerancia por la diversidad de puntos de vista. Además, se trata de un ambiente para el aprendizaje colaborativo. "Muchas veces yo aprendo más de ellos, que ellos de mi", comenta feliz la profesora Miryam.

Esta didáctica ha alcanzado grandes logros, motivo de orgullo para la comunidad charaleña. Según Gloria Celina León, rectora de la institución, con esta estrategia el nivel del colegio, en las pruebas ICFES, ha ascendido de Medio a Superior. "Los estudiantes obtienen muy buenos puntajes, sobre todo en el área de ciencias sociales.

El geodato motiva el pensamiento crítico, habilidad fundamental para este tipo de pruebas". Igualmente, en los últimos simulacros de pruebas de Estado que realiza el establecimiento educativo para medir las competencias de sus estudiantes, sobresalen lenguaje y sociales.

Por otra parte, la herramienta ha permitido que los docentes conozcan mejor a sus discípulos. Desde la selección de la temática hasta su análisis final se pueden identificar rasgos de la personalidad de los muchachos, ya que el geodato refleja la visión de mundo de los estudiantes, destaca la profesora Celina.

De otra parte, la estrategia se complementa con la misión del colegio que pretende la formación de estudiantes con un alto nivel de pensamiento crítico, capaz de transformar su realidad no solo local si no internacional "Ahora estamos promoviendo la articulación de esta estrategia con otras áreas como comercio y ciencias naturales ya que se trata de promover investigadores científicos y sociales".

Las docentes de este establecimiento encontraron en la motivación de los estudiantes por la actualidad, una forma de aprehender la historia desde las múltiples miradas. Estudiando el presente se llega al pasado, ayudando a que los estudiantes sean arquitectos de su propia realidad. En un país donde la memoria se diluye, Charalá la construye día a día con sus estudiantes.

(*)Asesora del Ministerio de Educación Nacional, Programa Nacional de Uso de Medios y TIC; enviada especial a Charalá.