Desde el año 2003, partiendo del principio "si los niños no pueden asistir a la institución educativa, la institución debe ir adonde están los niños", y atendiendo el llamado del Ministerio de Educación para presentar propuestas educativas que permitan implementar el Preescolar no Escolarizado, Caquetá ha logrado que los niños en edad escolar con dificultades de desplazamiento tengan acceso a la educación.
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Fue un estudio previo lo que permitió identificar que un gran número de niños, entre los 5 y 6 años, localizados en zonas rurales apartadas, no estaba dentro del sistema educativo, "porque la escuela más cercana les quedaba a muchos kilómetros de distancia". Había pues la necesidad de crear acciones alternativas no escolarizadas, que les permitiera a los niños acceder al Preescolar y, a través de la estrategia Maestro Itinerante, aumentar la cobertura en el departamento.
Con el apoyo de la Corporación Social y Ambiental Papallacta, Caquetá es pionero en la aplicación del sistema de Preescolar no escolarizado. En el 2003, a manera de ejemplo, logró atender a 64 escuelas -4 por municipio de los 16 que existen en el Caquetá- con una población de 1.413 niños y niñas de los cuales 1.171 fueron nuevos cupos.
El Preescolar no Escolarizado surgió como una iniciativa del Proyecto de Educación Rural (PER) del Ministerio de Educación Nacional. Es una estrategia pedagógica que les permite a los niños en edad escolar, que viven en zonas de alta dispersión y con dificultades para desplazarse hasta la escuela, ingresar al Preescolar e integrarse a la educación básica primaria. También es una respuesta para atacar la baja cobertura en este grado, que en el sector rural está por debajo del 10%, y una forma de combatir la alta repitencia en el grado cero.
Roles y misiones
Para la implementación y desarrollo de esta estrategia se necesita la participación de un equipo humano liderado por el docente que, apoyándose en metodologías lúdicas, es responsable de estimular el desarrollo de las potencialidades, habilidades y destrezas de los niños. El equipo lo conforman, además del educador, un agente formador y el niño. Todos trabajan apoyándose en la canasta familiar, que contiene cartillas, módulos, material fungible y permanente, juegos y libros, entre otros, lo que permite desarrollar el programa de estudio.
Cada uno, pues, cumple con un rol. El educador, maestro itinerante, se encarga de orientar el proceso de aprendizaje del niño. Generalmente es responsable de 4 o 5 veredas y su misión es desplazarse visitando a aproximadamente 20 niños en sus lugares de vivienda. Apoya y capacita a los padres o a la persona encargada de apoyar al niño en las actividades propias del grado escolar.
El agente formador, que en más de una ocasión son los padres de familia o también el hermano mayor, es quien se hace cargo del niño. Los agentes reciben capacitación en talleres de inducción y, utilizando las cartillas como base, guían a los niños en su proceso de aprendizaje educativo.
Finalmente, están los alumnos que se comprometen, al menos una vez cada quince días, a asistir a la institución educativa para trabajar e interactuar con otros alumnos de su misma edad.
Cada semana, el maestro itinerante realiza un plan de trabajo indicándole al agente formador las actividades que va a desarrollar con los niños durante la semana. Él los supervisa y acompaña permanentemente en sus procesos de aprendizajes.
Las visitas a las veredas, explica uno de ellos, dependen de la ubicación de las mismas. Generalmente el agente formador asiste a sus alumnos entre 1 y 2 veces por semana y trabaja entre 2 y 3 horas diarias. En la estrategia del Maestro Itinerante no hay un horario fijo; lo que se evalúa son las actividades que deben saber hacer los niños de su edad.
Crecer con el niño
El preescolar no escolarizado trabaja bajo el eslogan: "Que el padre de familia crezca con el niño". Una de sus bondades, reconocida por los comprometidos en el programa, es que afianza los lazos familiares. "Los padres conocen más de sus hijos a nivel teórico y práctico ya que, al ponerse a la par de ellos, realizando actividades como juegos, rasgados y pintura, logran una mayor compenetración; es como volver a empezar, a recordar cuando yo era niño", asegura un padre de familia. También es una experiencia valiosa porque permite que más niños accedan al sistema educativo, afirma.
Por su parte, varios niños aseguraron que uno de sus deseos es que el Maestro Itinerante los visite más a menudo.
Para John Jairo Arriquí, maestro del Centro Educativo Caldas, del municipio de Morelia, la importancia del programa radica no sólo en la posibilidad de relacionarse con los niños y fortalecer procesos socioafectivos, cognitivos y sicomotores, sino en enseñarles y darles las bases para que cursen un buen primer grado de primaria y así propiciar una preparación adecuada para su futuro aprendizaje escolar.
Más información en: percaqueta@hotmail.com
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