El principio de la escuela es parte de una historia de problemas que empezaron con el contacto con el blanco, a través de la cauchería. Para proteger a los niños se crearon orfanatorios, y después de eso la educación contratada empezó a recogerlos en las comunidades obligándolos a que no hablaran su idioma. Entonces, la comunidad decidió que para mantener su propia cultura y proceso, la escuela se debería crear teniendo en cuenta lo local. Así empieza a contratar maestros de la misma zona que conocieran la cultura, su lengua, su identidad.
Yo estaba en el colegio de La Pedrera haciendo el quinto grado de primaria -en ese entonces no había la idea de estudiantes-, y como el único que estaba disponible era yo, la comunidad me seleccionó como maestro.
En la escuela comunitaria toca partir de la realidad, la planeación debe ser práctica y ligada a la zona. El objetivo es que los conocimientos que se impartan a los niños tengan un sentido, que se formen para que tomen decisiones y su autonomía sea sólida. Esa es la diferencia con la educación contratada, donde usted no tiene posición sino que tiene que seguir los pasos que otros han tomado: ya están establecidos los conocimientos y los objetivos para trabajar en la escuela, y lo que tiene que hacer uno como maestro es lo que está estipulado en los lineamientos; los niños no toman decisiones sino que tienen que cumplir con lo que se les dice.
Los docentes comunitarios tienen que ser bachilleres y también tienen que conocer la problemática y la necesidad real de la zona. Muchos que han estudiado en los colegios como la Normal tienen puntos de vista diferentes, y se les dificulta entender el proceso de la comunidad. Ellos no tienen esa formación, ni una conciencia clara de lo que significa prestar servicios educativos, es decir, la educación propia.
Ahora cada cual ha sido formado específicamente para ser maestro. Uno desde que empieza a vivir en el mundo tiene el don específico para formarse, y es necesario destacar que el conocimiento práctico de la cultura permite fortalecer el proceso de la misma comunidad. No es sólo tener escuela. Para que funcione bien hay que discutir muy bien las cosas antes de tomar decisiones, cómo nombrar maestros, comprar materiales, evaluar a cada niño, o empezar un nuevo proyecto en el aula. Siempre se toman las decisiones de manera colectiva.
La escuela comunitaria tiene una estructura administrativa que viene desde el conocimiento local y tradicional, y la gestión se hace teniendo en cuenta la autonomía, que está en cabeza de la autoridad (sabedor tradicional) y de los padres de familia.
(*) Daniel Makuna es profesor de la etnia Makuna y líder en el Río Apaporis. Ha sido formado de manera tradicional por los mayores de su comunidad y actualmente tiene 39 años. Para ser profesor estudió hasta quinto de primaria en el Internado de La Pedrera; luego, en 1994, se planteó el curso de profesionalización y la comunidad en donde él estaba como maestro lo postuló para obtener el titulo de normalista, que ha sido expedido luego de 5 años por la Escuela Normal Marceliano Canyés Santacana de Leticia. Esta formación se realizó en convenio con la Fundación GAIA Amazonas, la Normal y el Ministerio de Educación Nacional.
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