Con los Planes de Mejoramiento se trazan directrices para el mejor desarrollo institucional.
El Plan de Mejoramiento se concibe como un conjunto de acciones y tareas debidamente organizadas, con una definición clara de insumos, productos, métodos, procedimientos, recursos y personas responsables, de tal manera que su ejecución conduzca al cumplimiento de una meta: que los estudiantes desarrollen cada vez más sus capacidades y obtengan, en consecuencia, resultados superiores a los actuales.
Un Plan de Mejoramiento es una valiosa herramienta de trabajo para el desarrollo institucional, entendido desde cuatro dimensiones de la gestión escolar: académica, directiva, administrativa y de comunidad. Es, asimismo, un instrumento para el diálogo con las distintas entidades externas que visitan la institución, porque permite ubicar la problemática que es necesario trabajar.
La formulación de los Planes
Los resultados de las pruebas Saber son el insumo para los Planes de Mejoramiento: dan una información consistente, objetiva y reproducible, que le permite a una comunidad concebir y diseñar las acciones más pertinentes, con miras a superar sus debilidades y cualificar sus fortalezas.
Como señala Luz Amparo Martínez, directora de Evaluación y Acompañamiento de la Secretaría de Educación de Bogotá, la información de las diferentes pruebas -por ejemplo, Saber e Icfes- le permite a la institución definir sus áreas de oportunidad y tomar decisiones como el tipo de metodología más adecuada, la integración curricular y de las áreas y cómo crear comunidad académica alrededor de los resultados, entre otros asuntos.
El Plan de Mejoramiento debe considerar el énfasis del Proyecto Educativo Institucional, tener muy claro el perfil de la institución, los resultados de los niños, las problemáticas de aprendizaje e incluir los programas de mejoramiento realizados previamente.Toda esa información hay que reflejarla en las actualizaciones del PEI, comenta Luz Amparo.
El Plan debe ser construido por el equipo de gestión institucional que está compuesto por el rector, los coordinadores y el orientador. Al respecto, Luz Amparo indica: "Lo interesante es que el grupo directivo comparta y discuta con los docentes lo que se plantea en el Plan. En la medida en que la institución esté trabajando alrededor del mismo Plan, se orienta el mejoramiento de una manera más organizada".
Etapas de la formulación
"El mejoramiento de la escuela es responsabilidad de todos", subraya la directora de evaluación y acompañamiento. "Lo importante es ayudarles a formular buenos Planes de Mejoramiento, a partir de la información, teniendo muy clara la caracterización de la institución y analizando lo que se debe mejorar. Ese es el papel de las Secretarías. No se trata de darles únicamente un instrumento y una guía.
"Una vez formulados los Planes se establece qué instituciones necesitan más ayuda; ésta puede ser externa, por ejemplo de facultades de educación o de ONG, o interna, de los funcionarios técnicos de las Secretarías de Educación. Finalmente, se lleva a cabo el seguimiento de los Planes, cuyo éxito se comprobará en las próximas evaluaciones, que tienen lugar cada tres años.
"Las Secretarías de Educación tienen que ofrecer alternativas, sobre todo a aquellas instituciones con puntajes más bajos. Hay que mirar el desarrollo de cada una, saber hacia dónde va y ayudar mucho a aquellas que estén más desorientadas".
En el caso de los planes exitosos de Bogotá, los maestros abrieron las puertas de las aulas para que miraran cómo trabajaban sus metodologías y cómo desarrollaban los conceptos en los cuales sus alumnos tuvieron bajas competencias. Permitieron la discusión y empezaron a hacer transformaciones importantes. "Abrir el aula y dejarse mirar críticamente fue el mayor cambio", asegura Luz Amparo Martínez.
En el 2005, cuando se realicen nuevamente las Pruebas Saber, se espera haber conseguido unas metas de mejoramiento significativas, como efecto de unos planes intencionados para cualificar la labor del aula.
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