Confianza en sus capacidades es el elemento central del Programa de Educación Continuada para Jóvenes y Adultos Cafam, en el que los estudiantes -jóvenes mayores de 15 años de edad y adultos iletrados¹- se adentran en una experiencia de aprendizaje que modifica la autoimagen y el autoconcepto y los motiva a asumir las responsabilidades y los retos de la vida.
Con 28 años de labores, en él se aplica un sistema educativo abierto, flexible, semiescolarizado y con materiales propios, teniendo en cuenta el potencial, las necesidades, los sueños y las aspiraciones de cada alumno, nociones y realidades que están presentes en su sistema de evaluación.
Según el estudiante Darío Arias Giraldo, "los profes nos dan la seguridad. Aunque los módulos están muy bien explicados, la idea principal no es buscar la respuesta sino comparar en qué vamos bien y en qué debemos mejorar. En las evaluaciones, hay tiempos que se manejan, dependiendo el tema, pero siempre son suficientes para desarrollar las pruebas; no se siente la presión ni el acoso, porque uno responde según aprende y según su progreso".
Y es que cuando el estudiante entra, "lo primero que se identifica son los procesos de desarrollo de la gente para poder ubicarlos", explica María Magdalena González, coordinadora pedagógica. En todos los casos, agrega, se cumplen tres fases diferentes:
Evaluación diagnóstica, que consta de una prueba que determina la etapa y las competencias de iniciación del aprendizaje. "Hemos creado nuestros cuestionarios que permiten medir las condiciones de los participantes". Aquí se determina el nivel de desarrollo y de aprendizaje.
Evaluación del aprendizaje, que se realiza al terminar cada competencia. Para pasar a la siguiente etapa, el estudiante debe finalizar cada una de estas competencias: conocimientos, habilidades de pensamiento y valores. Las etapas son: Destrezas (Alfabetización Ciclo 1); Fundamental (educación básica primaria ciclo 2); Complementaria y Áreas Básicas (educación básica secundaria ciclos 3 y 4) y Áreas Avanzadas (educación media ciclo 5). Así, cuando se presentan dificultades con el estudiante en cualquiera de las competencias, el docente refuerza la labor, de forma individual, para asegurar la promoción. El trabajo en esta construcción pedagógica se concentra en el aprendizaje de cada estudiante.
Evaluación institucional: periódicamente, los estudiantes evalúan los diferentes componentes del Programa, lo que da paso a fortalecimientos o ajustes de la metodología. Esta evaluación es pedagógica y administrativa, lo que hace posible uno de los propósitos del programa: la toma de decisiones para la reorientación de procesos en estos dos campos.
Este sistema de evaluación es la manera de hacer efectivos un proceso y una condición que debe estar presente en la edad escolar de toda persona, explica la Coordinadora. "Cuando llego los sábados en la mañana, nos atienden con dedicación; los profesores siempre están presentes, preguntan sobre la tarea, cómo nos fue, si estamos preparados para presentar la evaluación", añade la estudiante María Aurora Amaya.
"La verdad es que, a medida que vamos aprendiendo, nos sentimos muy seguros; eso nos permite hacer cosas que nos costaba hacer antes de estar en el Programa", subraya. "Ellos sienten confianza y que está la posibilidad de que la educación sea una puerta democrática para todos", asegura María Magdalena González.
Esta confianza construye una realidad que garantiza la libertad y el autodireccionamiento del estudiante. Cuando se hace seguimiento a las metodologías de aprendizaje, añade la coordinadora, es posible ubicar a cada participante en el progreso educativo; eso permite su promoción de una competencia a otra y lo orienta en la toma de conciencia de su desarrollo personal. Un crecimiento que le permite responder a las expectativas que la sociedad tiene puestas en él o ella.
Nota
¹ El analfabetismo en el país es de 9,6% para la población mayor de 15 años.
Desarrollar confianza para tomar decisiones, al tablero no.44 |