Cuatro maestros hablan de la transformación en etnoeducación (*).
Mis tradiciones
Marcelo es un indígena del pueblo Tatuyo del departamento de Vaupés; a él, como a muchos miembros de pueblos indígenas de todo el país, le preocupaba que la educación no incluyera la formación en sus tradiciones, pero eso cambió. El programa de etnoeducación trabajó para que las creencias ancestrales de las culturas indígenas y afrocolombianas fueran incluidas en los currículos escolares, en un cambio que han notado los estudiantes y los Mayores, los padres de familia y la comunidad en general.
Por el respeto al territorio y a la lengua
Por otro lado, Miguel Obeso Miranda, coordinador del proyecto La Diversidad nos Une (para fortalecer la etnoeducación y los estudios afrocolombianas) asegura que, pese a que para la comunidad afro de Colombia aún faltan mayores esfuerzos para lograr articular todas las creencias y el conocimiento ancestral, hay importantes avances que han dado origen a proyectos tan ambiciosos como el de Cartagena Ciudad Etnoeducadora, que busca adentrarse en la memoria africana y replicar ese conocimiento entre la niñez afrocolombiana; al tiempo se ha trabajado por erradicar el racismo en las aulas.
Territorio y determinación
Del mismo modo, el pueblo Kankuamo está desarrollando cinco proyectos etnoeducativos que buscan fortalecer la cultura propia y el saber, tanto ancestral como occidental. "Trabajamos el conocimiento del territorio, la identidad, la autoprotección, la determinación y el modelo económico propio; eso permitirá comercializar productos como artesanías, café, panela y hacer sostenible este ideal", asegura la etnoeducadora Rubi Romero, quien dicta clases en la región de Atanquez.
Mi tierra mi aula
Una idea central es que el programa que incluye la educación propia permita que los estudiantes salgan del aula tradicional y lleven su salón de clases a los ríos, las chagras (cultivos), los senderos y los campos. La educación tradicional de su cultura se enseña junto con las matemáticas, el lenguaje ancestral y el castellano, las nuevas tecnologías y el cuidado del medio ambiente.
Blanca Muñoz, miembro del pueblo Cofán (Putumayo), habla de un cambio que se empezó a gestar con la inclusión de la educación tradicional en la formación de sus niños y niñas. "Con la etnoeducación se están recuperando la cultura y las tradiciones", asegura. Muestra de ello son los libros de texto que tienen y que compilan la gramática pedagógica del pueblo Cofán. "Con ellos estamos enseñando nuestra lengua", afirma con convicción.
(*) Testimonios de representantes de diversas etnias recogidos durante el Foro Internacional de Políticas Públicas para la Atención a Etnias, que se llevó a cabo en Bogotá los días 24 y 25 de mayo de 2010.
Etnoeducación, simbiosis de tradición y modernidad |