Múltiples estudios han revelado la desmotivación, el desinterés y la apatía de las nuevas generaciones frente a los modelos de formación y educación que el sistema tradicional les ha ofrecido. Esto exige a docentes, investigadores, directivos y a toda la sociedad asumir el reto de crear nuevas opciones y ponerse a tono con una nueva realidad. Es necesario desarrollar materiales, estrategias y ambientes para la enseñanza y el aprendizaje que atraigan, seduzcan y comprometan el espíritu y la voluntad de niños, adolescentes y adultos. Frente a esta perspectiva, el arsenal de recursos que ofrecen las nuevas tecnologías de la información y la comunicación representa una valiosa ayuda.
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AT: ¿Qué retos les imponen la modernidad y la sociedad de la información y el conocimiento a las prácticas docentes?
Octavio Henao (OH): La fusión de informática, telecomunicaciones y medios audiovisuales constituye un poderoso agente de cambio para rediseñar entornos de aprendizaje y recursos didácticos. Con el apoyo de estas tecnologías resulta posible concebir modelos pedagógicos más flexibles y cualificados en cuanto al funcionamiento de la escuela, los contenidos del currículo, el rol del maestro y las experiencias de aprendizaje que se ofrecen al alumno.
Las herramientas multimediales estimulan a los estudiantes a expresar y publicar sus ideas tanto en medios impresos como electrónicos; los sitúan en el lugar de productores del conocimiento en vez de simples receptores; y los retan a utilizar y combinar en su trabajo destrezas artísticas, literarias y de razonamiento científico. La gran promesa de estas nuevas tecnologías radica en la posibilidad que nos ofrecen de crear condiciones y entornos para que aprendamos sin que nos enseñen y sin las barreras espacio-temporales que circundan la educación formal.
Alvaro Galvis (AG): Las prácticas docentes deben aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías para tener acceso a información, intercambiarla y modificar el eje del proceso de aprendizaje, del que enseña hacia el que aprende, dando creciente autonomía a los estudiantes.
Lo dicho conlleva resolver en los entornos educativos tres tipos de problemas concatenados: 1. Problemas de equidad: acceso a tecnologías de comunicación e información disponibles; 2. Problemas relacionados con los contextos para la definición de los currículos: tensiones entre los contextos locales y los globales a los que los currículos deben responder; y 3. Problemas de metodología: con las nuevas tecnologías se pueden maximizar viejas prácticas centradas en el que enseña, o renovarlas con distintos grados de cambio, dando control creciente al que aprende.
De este modo, el maestro debe ser consciente de la posibilidad de innovar su manera de concebir y llevar a cabo los procesos educativos a su cargo; al mismo tiempo, debe tener la oportunidad de llevar a la práctica los cambios que considera deseables. Esto exige que haya instituciones educativas y directivos que tengan sensibilidad a la innovación y que favorezcan repensar las prácticas docentes.
Claudia Zea (CZ): Las tecnologías de información y comunicaciones (TIC) ponen a disposición de profesores y alumnos grandes volúmenes de información, que utilizan a la vez diversos canales sensoriales. Adicionalmente han permitido la configuración de entornos virtuales compartidos a los que se puede aplicar el concepto de "ambiente de aprendizaje", en el que la práctica desaparición de las restricciones de tiempo y el acceso remoto potencian la comunicación permanente entre usuarios y, con ello, la cooperación y construcción conjunta de conocimientos.
Las nuevas tecnologías permiten favorecer el desarrollo de algunas destrezas y habilidades, difíciles de lograr con los medios tradicionales. En concreto, aquellas habilidades que permiten buscar, seleccionar, organizar y manejar nueva información; la autonomía en el proceso de aprender; actitudes necesarias para un buen aprendizaje como el autoconcepto y la autoestima, la motivación interna, la disposición a aceptar y comprender múltiples puntos de vista; el respeto por el otro y sus opiniones, etc. Este conjunto de aprendizajes, comprendidos en parte por lo que denominamos metacognición, y en parte como componentes de las múltiples inteligencias de Howard Gardner, pueden verse favorecidos con el uso de las nuevas tecnologías, aunque no por sí solas sino integradas a un proyecto pedagógico que las utilice intencionalmente para ello.
Hay otro aspecto, más genérico, y tiene que ver con un cambio sustancial en los roles que juegan alumno y profesor en el proceso. El alumno se vuelve gestor de su propio aprendizaje; el profesor se convierte en facilitador, colaborador y orientador de ese proceso. Un cambio de esta naturaleza en el ambiente de aprendizaje es estructural, afecta notablemente el clima escolar y posibilita formas de trabajo probadas, que favorecen la construcción de conocimiento y la práctica de habilidades y destrezas deseables. Pero, a la vez, esta esperanza es la que más depende de una inserción de las tecnologías en el ambiente de aprendizaje con sentido pedagógico; y parece ser que el mayor peligro para que esto suceda está en la asimilación de los nuevos medios a prácticas pedagógicas tradicionales.
TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIONES (TIC) Una llave maestra |