La profesora Sandra del Pilar Rodríguez, una de las fundadoras, en 1997, de la Red Pido la Palabra recuerda aquella entusiasta propuesta como "un proceso iniciado por algunos maestros interesados en la educación y, específicamente, en la educación y el uso del lenguaje".

Partiendo de la noción de que a través del ejercicio y el debate continuo es posible cambiar la práctica pedagógica, los primeros meses de vida de esta red se desarrollaron bajo los estudios y análisis de la teoría educativa para encontrar un camino viable.

Desde entonces, la labor primordial de la red es hallar significados reales para la dinámica de la enseñanza y el papel del educador. Es decir, construir, por medio de la formación en la escritura y la lectura, un proceso cognitivo y comunicativo que oriente al individuo (maestro y alumno) en su desarrollo como pensador.

Este ejercicio de lectura y escritura también les ha abierto la puerta para otros ejercicios comunicativos, como destaca Luz Marina Castiblanco, profesora de lenguaje del Instituto Técnico Ambiental Combeima, de Ibagué. "La respuesta ha sido excelente. Se trabajaron textos y noticias y hacemos secuencias didácticas para los noticieros radiales, que dieron origen a la emisora del colegio (...) Además, siempre está presente la reflexión sobre los libros y sus estructuras y se identifican los tipos de textos (como la noticia o la reseña...) que se quieren escribir". Una de sus estudiantes, Sonia Bonilla, de Grado Noveno, ejemplifica el uso de la literatura y la gramática en el proceso de realización del formato radial escolar al señalar que "desde el Grado Séptimo trabajamos los textos para los noticieros (radiales), nos reunimos con los compañeros, nos corregimos y escogemos con qué nos sentimos a gusto. Así hemos progresado".

A este escenario educativo, donde la práctica es el verdadero punto de referencia en la formación del estudiante, también llegaron la gramática y el idioma. La Coordinadora de la Red, Sofía Tamayo, quien se desempeña como docente de la Escuela Normal Superior de Ibagué, anota que "hacia esas dos áreas apunta todo lo que hacemos". Y agrega: "No es fácil ejecutar esta labor en la institución; el trabajo de escribir a veces resulta tortuoso, incluso para los maestros de español. De otra parte, la gramática no se puede asumir desde lo teórico ni desde la cátedra sino desde la construcción del texto. Para eso nos valemos de la reescritura y analizamos colectivamente diferentes aspectos y se le encuentra sentido a las reglas gramaticales. Desde Preescolar y durante toda la Básica, los alumnos son receptores y partícipes de una alfabetización apoyada en la producción de textos para que se expresen de una manera autónoma y sólida". El uso adecuado del lenguaje desde la alfabetización en los cursos inferiores, siempre está enfocado a la adopción del sentido social del discurso.

En el aprendizaje de la gramática y el idioma, intervienen ejes que son desarrollados en los ejercicios de aula. La producción oral y escrita, la interpretación textual, la literatura, el análisis de otros lenguajes distintos al verbal, el análisis de los medios y la ética de la comunicación son potenciados con el trabajo en clase. Es un proceso de formación donde hay una retroalimentación con los estudiantes y ellos son sujetos activos.

Sandra del Pilar Rodríguez, profesora de Preescolar de la Institución Educativa Manuel Omaña, destaca la condición de las primeras experiencias de enseñanza en los niños y sugiere tres puntos de análisis para la comunidad educativa nacional: "Cómo se forman los niños lectores y escritores desde el Preescolar; cómo hacen esa exploración; y cómo construyen su código escrito, abordándolo desde un enfoque comunicativo en el que terminen siendo productores de textos completos, en vez de escritores de planas, como fuimos formados".

Los maestros manejan en clase determinados autores para los ejercicios de lectura, escritura y oratoria que realizan los estudiantes. Sandra Rodríguez explica que se busca que estudiante y maestro enriquezcan el sentido del mensaje textual: "Qué es lo que se escribe y qué es lo que se lee; y de allí se va al análisis de la función, la estructura, la gramática y otros aspectos de lenguaje". Milena Jiménez, estudiante de Grado Noveno del Instituto Combeima, añade que este proceso les ha servido para "no tener problemas para hablar, porque antes éramos muy tímidos. En cambio ahora hemos avanzado (con el buen uso del idioma) y eso lo empleamos, por ejemplo, en la emisora escolar".

La Red está conformada por docentes de Preescolar, Primaria, Básica y Media del Tolima. Hacen parte de ella 250 de las áreas de lenguaje, ciencias sociales y filosofía e integran grupos de reflexión rermanente, donde se analizan y diseñan propuestas. Los maestros son invitados a eventos académicos -que el colectivo realiza anualmente- en los que también participan investigadores y conferencistas. Con ellos comparten sus proyectos que son minuciosamente analizados por los expertos, con el fin de ser seleccionados para su uso pedagógico en las aulas. Pero el verdadero fin de la Red es edificar una sólida formación en lengua castellana.