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Desarrollar competencias comunicativas
Abrir caminos, cerrar las brechas

Al Tablero: ¿Qué es para ustedes una persona comunicativamente competente?

Catalina Ramírez (CR): Es aquella que se expresa de manera creativa, haciendo buen uso del lenguaje y logrando trasmitir el mensaje de una manera clara y completa, teniendo además la capacidad de escuchar a los otros y respetar sus opiniones. La persona que tiene esta competencia es perceptiva de lo que sucede en el medio que la rodea, está actualizada con respecto a los medios y mecanismos de comunicación y debe saber argumentar, preguntar y manejar adecuadamente los distintos lenguajes ( escrito, hablado, gestual, etc.)

Jorge Urrutia (JU): El lenguaje es una herramienta que utilizamos siempre con un propósito determinado. Para mí, una persona comunicativamente competente es la que sabe hacer un buen uso del lenguaje, tanto oral como escrito, para alcanzar sus propósitos comunicativos teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra en cada momento. Alcanzar el éxito comunicativo supone, por lo tanto, hacer un uso adecuado de la lengua.

Genoveva Iriarte (GI): La persona que sabe comportarse lingüísticamente de manera apropiada, de acuerdo con el contexto social en el que se encuentre. Conocer el lenguaje (estructura) y sus reglas de uso (proceso) es, según Dell Hymes, ser competente comunicativamente. Un padre de familia utiliza un registro lingüístico específico al asumir su rol de progenitor y otro muy distinto como empleado de la compañía en la cual trabaja. Además, también se desenvolverá sociolingüísticamente de manera distinta cuando sale a jugar fútbol con los amigos. Los tres tipos de registros lingüísticos con sus correspondientes comportamientos sociolingüísticos -y aun otros más- conforman su competencia comunicativa.

Por lo tanto habría que insistir en tres puntos. Primero, la competencia comunicativa es el conocimiento tanto de la lengua como del uso que de ella se deba hacer; segundo, no se dan manifestaciones "correctas" o "incorrectas" de la competencia comunicativa, sino "apropiadas" o "no apropiadas", de acuerdo con los contextos sociales y las valoraciones que los usuarios hagan de ellas; es decir, no hay un "ideal" de competencia comunicativa; y tercero, un hablante posee "competencias comunicativas diferenciales" -y no solamente "una"- puesto que como individuo miembro de una sociedad, se mueve en diferentes contextos asumiendo roles distintos en cada uno de ellos.

AT: Se dice que en estos tiempos quien no ha desarrollado adecuadamente sus competencias comunicativas está en franca desventaja frente a los y las que sí lo han hecho...

JU: Sin duda es así. El lenguaje es el principal medio de interacción humana y, por lo tanto, un mecanismo fundamental para la transmisión y recepción de información. Tanto en las situaciones relacionadas con el ámbito profesional, como en las que se desarrollan dentro del ámbito público y del privado, la información ocupa un primer plano y, por consiguiente, es un instrumento que tenemos que dominar. Constantemente nos vemos transmitiendo e interpretando información y hacerlo correctamente puede convertirse en la clave del éxito. Por lo tanto, un individuo que sea eficaz en términos comunicativos estará en clara ventaja frente a otro que no haya logrado desarrollar sus competencias comunicativas.

GI: Las desventajas y ventajas del manejo "apropiado" de la competencia comunicativa tienen que ver, ante todo, con la aceptación o rechazo del hablante de una lengua por parte de los miembros de un grupo social determinado. Luego, las ventajas y desventajas se manifiestan en relación con el manejo y valoración que de una competencia comunicativa específica hagan los miembros de ese grupo. Esa competencia comunicativa particular será, entonces, valorada de manera positiva o negativa por la comunidad de hablantes que la componen y se pueden medir las ventajas o desventajas de su uso más en términos de oportunidades sociales que obtengan sus miembros, que de ventajas puramente "lingüísticas". Un técnico en el campo de la informática, por ejemplo, tiene más posibilidades de ascender laboralmente si conoce y utiliza de manera apropiada el registro lingüístico propio de su profesión y así tiene más ventajas sociales con respecto a sus pares, que otros que no han desarrollado dicha competencia comunicativa particular a su campo profesional.

CR: El mundo de hoy es altamente competitivo y cada vez son más los retos que se deben enfrentar para tener un desempeño acorde con las demandas y exigencias del medio en el cual nos desenvolvemos. Resulta muy difícil que una persona que no tenga habilidades comunicativas desarrolladas logre ser competente. Es decir, quien no esté en capacidad de construir y apropiarse de nuevos conocimientos, no sepa relacionarse con los demás de una forma respetuosa y pacífica, no pueda preguntarse frente al entorno y no desarrolle un pensamiento lógico y otras habilidades comunicativas, difícilmente podrá desenvolverse de manera adecuada en la sociedad actual.

AT: Hablemos de lo que quiere decir: "Educar para el desarrollo de las competencias comunicativas".

JU: Eso supone, por una parte, adquirir unos conocimientos sobre el sistema formal de la lengua (conocimientos gramaticales, léxicos, de uso, etc.); por otra, el desarrollo de habilidades o destrezas para interactuar oralmente y por escrito (saber hablar y escribir, pero también escuchar y leer); y, por último pero no por ello menos importante, supone el desarrollo de una actitud hacia la lengua (como, por ejemplo, desear expresarse con corrección, ampliar el vocabulario o alcanzar mayor grado de precisión).

CR: También se requiere un ejercicio permanente de reflexión y análisis que permita entender el aula de clase como un escenario que posibilita la comunicación y las relaciones y como, desde allí, se pueden sentar las bases para el desarrollo de las competencias comunicativas. Éstas son esenciales para facilitar el desarrollo de otras competencias que la escuela debe fomentar en los niños, niñas y jóvenes pues son las que garantizan una adecuada interacción con el medio y la comprensión del mundo. Educar para el desarrollo de competencias comunicativas exige, por lo tanto, un trabajo permanente y articulado entre todas las áreas académicas. Es muy importante contribuir al desarrollo de las habilidades críticas y reflexivas que permitan asumir una postura personal sobre lo que leen.

GI: La idea es formar "ciudadanos felices" y "educar para la convivencia"; ese es el real sentido de la formación en competencias comunicativas. El compromiso que tiene la escuela de "educar para el desarrollo de las competencias comunicativas" plantea un gran interrogante que la comunidad educativa no se ha formulado y, más aún, no ha incluido en el diseño de su política lingüística. Nadie se ha cuestionado sobre el porqué la escuela sigue privilegiando, casi de manera exclusiva, el registro "culto", es decir, una "forma de habla" (way of speaking, como la denomina Hymes) altamente valorado desde el punto de vista social, pero que es utilizado y compartido por una pequeña minoría de hablantes. Un perfecto "código elaborado", como lo llamaría Basil Bernstein.

En varias oportunidades he insistido en que, por ejemplo, las pruebas SABER, sin justificación que se conozca, privilegian un tipo de competencia comunicativa muy "exclusivo", con un fuerte giro "academicista". Se trata de un registro lingüístico estandarizado, fruto de una práctica hegemónica. Al ser exclusivo se convierte, evidentemente, en excluyente de poblaciones poco privilegiadas, es decir, sin acceso a las fuentes mismas de dicho registro. Es así como la misma prueba selecciona un solo tipo de textos, los que tienen alguna relación con el ámbito académico: textos de divulgación científica, literarios y periodísticos, a los cuales no toda la población examinada tiene el mismo tipo de acceso. Es muy probable que una escuela rural no cuente con una biblioteca tan completa como la de un plantel educativo de una ciudad.

El saber popular, el arte verbal de las diferentes regiones y la diversidad de fuentes orales y escritas en las que se encuentran ese saber y ese arte, constituyen un acervo sociocultural fundamental en la formación de las competencias comunicativas. Ni la mayoría de los textos escolares, ni las pruebas SABER incluyen, por ejemplo, narrativas espontáneas de lenguaje ordinario (historias, cuentos, chistes), muy significativas para la "formación integral de los sujetos en las diferentes dimensiones de su desarrollo".

Luego, con estas prácticas de discriminación en la escuela, ¿se estarán formando "ciudadanos felices"?, ¿se estará "educando para la convivencia", o más bien, para la competencia? Y vuelvo a formular la misma pregunta que lancé hace más de dos años: ¿No será posible diseñar un programa académico y un tipo de prueba que dé cabida a unas competencias propias de la "formación integral" del estudiante, las cuales, aprehendidas como habilidades para la formación de un nuevo ciudadano, lo preparen para enfrentar los problemas y retos que le plantea el siglo XXI?

AT: Cuando se piensa en el desarrollo de las competencias comunicativas y en la llamada sociedad del conocimiento, ¿cuáles son los retos que hay que afrontar?

GI: En el año 2004, en una publicación de la Secretaría de Educación de Bogotá en la que se presentó un análisis cualitativo de la evaluación censal de las Competencias Básicas⌂, advertí sobre la confusión en la que se ha caído al pretender que "hacer sentido" es "construir conocimiento". "Sentido" y "conocimiento" son dos fenómenos de naturaleza radicalmente distinta. El proceso de poner a funcionar la lengua de acuerdo con unas reglas sociales impuestas por el contexto en el que se encuentran los hablantes, crea "sentido", pero no "conocimiento". En ese intercambio comunicativo, el conocimiento ya instaurado "se negocia", es decir, se le da un "sentido" propio, una "pertinencia" específica, en últimas, una "valoración social", de acuerdo con las circunstancias. Ese es el reto que debe afrontar el manejo "apropiado" de las competencias comunicativas: propiciar un escenario comunicativo favorable para la negociación de sentido, para la negociación de todo tipo de conocimiento: científico, estético, de la vida cotidiana. Se trata, entonces, de una tarea de socialización.

CR: Los retos son múltiples ya que, precisamente, las competencias comunicativas posibilitan el acceso a la información y al conocimiento. Es claro que quien tiene la información tiene el poder y esto aplica para todos los campos. Cada vez son más los medios y mecanismos que surgen para acceder a la información y al conocimiento de una forma ágil. Herramientas como la internet, a través de la cual todos pueden acceder a grandes bibliotecas y tener actualidad permanente en todos los temas, demuestran que el asunto es de tiempo y oportunidad. Vivimos una revolución que exige, cada vez más, que se desarrollen las competencias comunicativas que permitan obtener información, procesarla y analizarla en tiempo récord, para que ésta sea útil y oportuna.

JU: El amplio volumen de información puede llegar a desbordarnos. Por lo tanto, uno de los principales retos ante esta situación es el de desarrollar en los jóvenes nuevas destrezas comunicativas como, por ejemplo, saber filtrar, seleccionar e interpretar la información y aprender a leer de forma crítica para diferenciar lo relevante de lo secundario y lo fiable de lo dudoso o erróneo.

AT: ¿Puede decirse que la gente no lee ni escribe hoy de la misma manera que antes? ¿Por qué?

JU: Hay contextos de escritura y de lectura que para muchos de nosotros no han cambiado ni queremos que lo hagan. Sin embargo, sí es cierto que ha habido una gran transformación en la comunicación como consecuencia del desarrollo de las llamadas nuevas tecnologías (comunicación por correo electrónico, SMS, chat, vídeo conferencia, etc.). El avance tecnológico ha dado respuesta a una nueva realidad y a unas nuevas necesidades a través de una inevitable evolución, o incluso revolución, en el uso del lenguaje, especialmente en el escrito. Los rasgos de esta nueva forma de leer y de escribir vienen condicionados por su grado de inmediatez y por su interactividad. La inmediatez conlleva una disminución tanto en el tiempo de planificación como en la perdurabilidad del texto escrito. Al mismo tiempo, el carácter interactivo implica una alternancia constante en los roles de emisor y receptor. Como consecuencia de esto el grado de formalización disminuye y se recurre más a las inferencias, por lo que el texto pierde cohesión y coherencia. Esto se traduce en un lenguaje más directo y flexible que cuenta con unos rasgos cada vez más próximos a los de la lengua oral. Sin negar que esto puede resultar positivo en determinadas situaciones, hay que evitar que se generalice a todos los contextos y se deteriore lo que podemos denominar como lenguaje tradicional.

CR: Indudablemente las nuevas tecnologías, el avance de los medios de comunicación, la sociedad de la divulgación del conocimiento en la que vivimos, han dinamizado y trasformado profundamente las maneras como la gente habla, escribe, lee y en general se comunica. Estamos en una sociedad que se mueve a grandes velocidades, donde las distancias se han acercado y los escenarios de lo público y privado se han desdibujado, y esto tiene un impacto muy fuerte sobre las maneras como nos entendemos a nosotros mismos y nos relacionamos con los demás. Existen nuevas formas y nuevos lenguajes. Pareciera que anteriormente la gente tenía más tiempo para la lectura e inclusive la escritura, pero el auge de las bibliotecas públicas en el mundo y el dinamismo del sector editorial demuestran que se reconoce la importancia y vigencia de los lenguajes llamados tradicionales.

AT: ¿Cómo crear puentes entre los nuevos lenguajes (virtuales, audiovisuales, etc.) y los llamados lenguajes tradicionales, de tal forma que los estudiantes se beneficien de ello?

JU: Algo que debemos aprovechar de las nuevas generaciones es su dominio de la tecnología y la necesidad que sienten de expresarse a través de este medio. Para ello recurren principalmente a dos formas de expresión: las imágenes y el lenguaje. Por lo tanto, hay que aprovechar que los jóvenes ya valoran la lengua escrita en estos contextos como una vía fundamental de expresión. A partir de ahí debemos trabajar en la creación de un puente que, por un lado, facilite el acceso a los lenguajes tradicionales y, por otro, despierte una actitud positiva hacia los rasgos distintivos de estos lenguajes: riqueza y precisión léxica, adecuación a contextos formales, corrección gramatical y ortográfica, etc.

CR: Es muy importante que se tiendan estos puentes entre todos los lenguajes, esto hace posible una comprensión más integral de la información y del mundo en general. El aula de clase y otros espacios como las bibliotecas públicas pueden ser muy útiles en este proceso, pues es allí donde se deben diseñar estrategias que vinculen el cine, los videos, etc. con la literatura y la producción escrita. A manera de ejemplo, se pueden proponer actividades tales como comentar películas y relacionarlas con una bibliografía específica sobre el tema, hacer debates al respecto y, así mismo, a través de la escritura, con ejercicios como ensayos o comentarios.

GI: Se trata, otra vez, de tener en cuenta que un individuo no cuenta con una sola competencia comunicativa. Para ser miembro activo de una comunidad, un individuo desarrolla y tiene a su disposición una serie de competencias comunicativas diferenciales, las cuales aprende a utilizar de acuerdo con las situaciones sociales en que se encuentre. El caso de los denominados "nuevos" lenguajes (los cuales, no es que sean "nuevos", ni los otros "viejos" o "tradicionales"; son, simplemente, distintos) se enmarca en este fenómeno. Es así como, hoy en día un estudiante de cualquier parte del país, en mayor o menor grado, está no sólo expuesto a la "lectura" de códigos distintos a los de las lenguas naturales, sino también abocado a utilizarlos para responder a una u otra exigencia social particular. Por ejemplo, en algunos sectores de la sociedad (jóvenes, empresas, instituciones), la mayor parte de las interacciones entre compañeros de estudio o de trabajo, amigos y allegados, se llevan a cabo a través de la tecnología de la comunicación virtual. Esta nueva tecnología ha impuesto el desarrollo de formas de registros específicos, acordes con las características de los medios que se utilizan (rapidez, precisión, economía). Es así como, los chats imponen hasta una novedosa forma de escritura, sin hablar de la sintaxis y del vocabulario. Este nuevo registro amerita el reconocimiento de su propia competencia comunicativa, es decir, el conocimiento de las particularidades del código, así como de las reglas sociales de su uso. Esto implica que, en el caso del joven, éste sabrá que no podrá escribir un trabajo académico bajo la forma de un mensaje propio del chat.

Una consecuencia de esta incursión en los lenguajes virtuales es el necesario cuestionamiento que deben hacerse los medios tradicionales de apropiación y divulgación del conocimiento científico y tecnológico y, en particular, los relacionados con la función formativa. En efecto, si bien en algunos planteles educativos ya se han instaurado formas distintas de intercambio entre profesores y estudiantes, falta mucho por hacer. El niño, expuesto a una tecnología de punta para la comunicación en otros escenarios de la vida social, toma una actitud pasiva frente a los métodos pedagógicos tradicionales, los cuales, ante todo deben buscar el éxito total en la transmisión de conocimiento especializado. Esta diferencia en el manejo de las competencias comunicativas de alumnos y maestros marca, más que cualquier otro elemento, la famosa "brecha generacional".

AT: ¿Cuál es el papel de la gramática en el desarrollo de las competencias comunicativas?

JU: No cabe la menor duda de que el papel de la gramática es fundamental en el desarrollo de las competencias comunicativas. El conocimiento de reglas gramaticales, junto a otros aspectos igualmente importantes como son la precisión léxica, el buen manejo de los registros lingüísticos, los mecanismos pragmáticos, etc., conforman el conocimiento formal de la lengua que todo hablante competente debe manejar.

CR: La gramática es algo que está íntimamente ligado al lenguaje, son las normas que lo regulan y ayudan a darle la estructura correcta. El conocimiento y dominio de la gramática ofrecen el verdadero sentido y coherencia a lo que se desea expresar.

GI: Si se entiende la "gramática" desde la perspectiva tradicional, es decir, la estructura intrínseca a cualquier lengua, un buen desarrollo gramatical podría estar indicando un pensamiento lógico-formal evolucionado. El profesor Oswald Ducrot, responsable de la cátedra de Lógica y Lingüística de la Escuela de Altos Estudios en Paris, decía: "Si bien la lógica es sólo una de las funciones del lenguaje, es ella, sin duda, la más importante". En efecto, la estructura lógico-mental de un individuo se manifiesta en el uso que haga de las reglas gramaticales de su lengua materna. Esta función del lenguaje tiene, sin duda, una gran repercusión en la elaboración de los discursos, es decir, en la argumentación discursiva. El poder de argumentación y, por lo tanto, el poder de convencimiento que tiene un hablante a través de su discurso pueden ser vistos como elementos de su competencia comunicativa.

Sin embargo, una argumentación apropiada para una determinada ocasión no depende solamente del conocimiento que se tenga de la gramática de la lengua. Depende también de las reglas sociolingüísticas que se utilicen para convertir ese argumento en "pertinente", de acuerdo con el contexto social en el que se encuentre el hablante. El conocimiento de esas reglas y su uso apropiado hacen parte de otra gramática: la de las reglas sociolingüísticas.

AT: ¿Cuál es el papel de la literatura en el desarrollo de las competencias comunicativas?

JU: Para empezar, saber leer no es sólo juntar letras y sílabas, sino descifrar un código comunicativo. Leer es interpretar. Por eso, saber leer, en sentido profundo, significa ser capaz de desentrañar textos y, por lo tanto, ser capaz de mantener la propia individualidad, la propia libertad, frente al acoso de los mensajes de todo tipo.

CR: La literatura como mecanismo de expresión y de creación, como una forma de generar nuevas realidades, de evidenciar de manera crítica el mundo en el que estamos y, en resumen, de hacer un buen uso de la imaginación -tan presente en las dinámicas de relación de los niños, niñas y jóvenes- contribuye notoriamente al desarrollo de las competencias comunicativas. Y también, la literatura entendida como el acceso a la producción literaria enriquece, a través de la lectura las competencias comunicativas que facilitan el conocimiento y la interpretación del mundo.

AT: ¿Cuál es el papel de la lectura en el desarrollo de las competencias comunicativas?

CR: La lectura juega un papel crítico en este proceso ya que es, por excelencia, la forma de acceder al conocimiento. Con su práctica se logra interiorizar algunas de las herramientas básicas para el desarrollo de las competencias comunicativas: gramática, ortografía y comprensión. Es absolutamente vital desarrollar hábitos de lectura en los niños y las niñas pues ésta, además de elevar los niveles de competencia que le permiten al niño aprender, reflexionar, expandir sus horizontes y descubrir nuevas formas de entender el mundo, se constituye en la base para el desarrollo de otras competencias. Es muy importante que los niños, niñas y jóvenes cuestionen y dialoguen con los textos para que desarrollen la creatividad y la capacidad de producir nueva información a través de la investigación.

JU: La exposición a la lengua oral y a la lengua escrita favorece la adquisición del lenguaje. La lectura facilita el acceso a saberes y conocimientos formalizados y, al mismo tiempo, proporciona modelos de producción escrita. Una exposición crítica a dichos modelos va a permitir que el lector adquiera un conocimiento implícito del uso que hacen los hablantes de la lengua y que con ello mejore su competencia comunicativa.

GI: Acorde con los anteriores planteamientos, la lectura en general y la lectura de "literatura" (valga la redundancia), en particular, constituyen una herramienta fundamental para el desarrollo de lo que se podría denominar las competencias culturales. En efecto, un individuo que, gracias a la lectura (de distintas manifestaciones, no necesariamente textuales, v.g. cine, pintura, teatro) y a la literatura enriquezca su sistema cultural tiene, sin lugar a dudas, mayores posibilidades de interpretar y de tomar una actitud crítica frente a los diferentes registros que se le presenten. La capacidad de un hablante de comprender un texto, oral o escrito, no depende sólo del conocimiento que tenga del sistema lingüístico, sino también de la apropiación que haya hecho del sistema cultural donde se encuentre inmerso dicho texto.

Luego, el manejo de la información cultural propicia para que un "lector" pueda llegar a la interpretación y crítica requeridas con respecto a un "texto" específico, no solamente depende de la cantidad de lectura que haya realizado, sino también del tipo de textos a los que se haya enfrentado. Es esta la razón por la cual el sistema educativo debe cuestionarse sobre la pertinencia de los textos literarios definidos como "requisito" para cumplir con las exigencias de la escolaridad.

Catalina Ramírez Vallejo, psicóloga de la Universidad Javeriana con un posgrado en Administración de Empresas de la Universidad de los Andes. Durante cuatro años fue gerente del proyecto Biblored, la red de bibliotecas públicas de Bogotá. En el Ministerio de Cultura tuvo a su cargo la gerencia del Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas y desde octubre de 2006 se desempeña como directora de Infancia y Juventud, liderando, entre otros procesos, la construcción de una política pública de Educación Artística en Colombia.

Jorge Urrutia es Director Académico del Instituto Cervantes, catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid y profesor invitado en numerosas universidades extranjeras. Entre los años 2000 y 2002 dirigió el Instituto Cervantes de Lisboa. Como traductor de Paul Éluard, obtuvo el Premio Nacional de Traducciones, Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma. Es autor de numerosos trabajos sobre literatura, cine, teatro y comunicación. Entre sus libros de crítica: Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. La superación del Modernismo (1980); La familia de Pascual Duarte. Los contextos y el texto (1982); Reflexión de la literatura (1983); El tejido cervantino (1992); Poesía española del siglo XIX (1995); La pasión del desánimo; La renovación novelística de 1902 (2002); Las luces del crepúsculo y Los orígenes simbolistas de la poesía española moderna (2004).

Genoveva Iriarte Esguerra es directora general del Instituto Caro y Cuervo (Ministerio de Cultura). Profesora de Lingüística de la Universidad Nacional de Colombia, principalmente en el área de Sociolingüística (Etnografía del Habla y Variación y Cambio). Exprofesora de las cátedras de Semántica y de Sociolingüística del Seminario Andrés Bello del Instituto Caro y Cuervo. Exdirectora del Departamento de Lingüística de la Universidad Nacional de Colombia. Investigadora en temas como: lenguaje y pedagogía, lenguaje, cultura y sociedad y lógica y lenguaje.

Abrir caminos, cerrar las brechas; Altablero No.40
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Altablero No. 40, MARZO-MAYO 2007
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