Los avances registrados durante los últimos años en términos de cobertura, calidad y pertinencia en la educación superior suponen grandes retos para todos los actores del sistema educativo nacional a fin de garantizar su sostenimiento. El acceso, la permanencia y la graduación de estudiantes requieren de la implementación de estrategias diferenciales para grupos poblacionales con necesidades específicas y/o pertenecientes a contextos particulares.
El Ministerio de Educación Nacional ha incluido a cuatro grupos poblacionales para el desarrollo de acciones de inclusión en la educación superior: 1) Personas con necesidades educativas especiales -NEE (personas en condición de discapacidad y con talentos excepcionales); 2) Grupos étnicos (pueblos indígenas, afrocolombianos y Rrom); 3) Personas afectadas por la violencia (personas en situación de desplazamiento, desmovilizados y desvinculados de los grupos armados ilegales, y afectados por minas antipersonal); y 4) Habitantes de frontera.
La Educación Superior Inclusiva reconoce la diversidad, el valor y el respeto por la diferencia, brindando múltiples posibilidades y espacios para el diálogo e intercambio de conocimientos y experiencias dentro de la comunidad académica. Promueve y ofrece los soportes necesarios para posibilitar la inclusión social de aquellos que ven restringida su participación y el ejercicio pleno de sus derechos y que por tanto han sido excluidos en razón del género, condición social, etnia, discapacidad o el conflicto armado, y que no cuentan con un entorno que responda a sus necesidades y particularidades.
Conozca un resumen de los principales aspectos para la inclusión de la población en situación de desplazamiento en la educación superior a partir del marco normativo vigente.
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