"Si la educación no se hace cargo de los cambios culturales que pasan hoy decisivamente por los procesos de comunicación e información, no es posible formar ciudadanos y, sin ciudadanos, no tendremos ni sociedad competitiva en la producción ni sociedad democrática en lo político". Jesús Martín-Barbero
Omar Rincón *
La televisión es un aparato que está en todas partes. Está prendido siempre. Lo vemos en el cuarto, la sala, la cocina, el transporte, los bancos... La pantalla se va tragando las miradas. La llamada "tele" es un objeto imaginario conocido. A pesar de su intensa presencia, existe un lugar en donde no aparece: el aula de clases. Los maestros le tienen miedo, porque este medio de comunicación le roba el alma a sus estudiantes, enseña cosas que no tienen lógica ni sentido, crea un síndrome de la diversión como único mecanismo pedagógico y, sobre todo, compite con su actividad de pedagogo. Y los maestros tienen razón en cuanto a la educación y "la tele", tienen diversas lógicas de funcionamiento y narración.
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Pero no basta con quedarse diciendo que son diferentes e irreconciliables, sino que hay que negociar con ese mundo de la tele tan omnipresente y obsesivo en el mundo de la vida no escolar.
En este texto, atrevidamente, se establece una guía práctica de cómo el maestro puede usar a "la tele" sin morir en el intento. La guía parte de tres principios:
1. En el mundo de hoy "la tele" es de lo poco común que existe entre maestros y alumnos, es uno de los referentes comunes.
2. Los niños son hijos de "la tele" y saben ver "tele" desde lo narrativo.
3. Los maestros son los habitantes de la reflexión y la pausa, por lo tanto, deben ejercer su derecho a pensar.
Guía de uso de "la tele" por el maestro
- Tevé ocio: El maestro debe vincular la vida del niño a la escuela. Si el niño ve "tele" durante 3 o 4 horas diarias, entonces sus contenidos, formas y propuestas deben ser vinculadas a la vida escolar. Ignorarla es el peor error.
Tevé ejemplo: "La tele", sus programas, formas y contenidos se pueden usar como excelentes ejemplos en el aula de clases. "La tele" puede brindar la historia que se necesita para explicar los conceptos que se socializan.
Tevé pedagogía: Los procesos de hacer un programa de televisión se pueden usar como metolodología para investigar en colectivo un tema de clase. Este proceso se inicia con una investigación, sigue con una idea, continúa con una estructura dramática, se aplica en un guión y se realiza en una grabación con un estilo visual y una puesta en escena. Los niños son expertos en las formas de narrar de "la tele".
Tevé contexto: La televisión puede y debe entrar al aula con programas tomados de "la tele" educativa y de "la tele" de entretenimiento... debe entrar según la guía del maestro, quien la usa para ilustrar conceptos, contar historias y generar contextos reflexivos.
Tevé lenguaje: La televisión es lenguaje y estéticas que se deben reflexionar en el aula para que el maestro construya con los alumnos maneras más críticas y activas de acercarse a los mensajes televisivos.
Tevé motivador: La televisión, por su atractivo e impacto, promueve estrategias que el maestro puede usar para motivar los debates, investigaciones y reflexiones de sus alumnos. En este caso, se usa como estrategia de entrada a temas y conceptos propios del mundo del aula.
Tevé educativa: La televisión entra al aula y enriquece el ambiente de aprendizaje cuando proviene de lo educativo, ya que se ha diseñado pensando en aprendizajes específicos y busca colaborar con el maestro en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Tevé cultura: El maestro deberá integrar "la tele" a su actividad como docente porque este aparato tiene funciones culturales al servir de espejo de una comunidad y al proponer saberes que se usan en la vida cotidiana, por ejemplo en las telenovelas y realities.
Tevé memoria: "la tele" entra con fuerza al aula y no se puede anular, es algo que viene con los niños, ya que es parte de la vida cotidiana, se expresa como una fábrica de recuerdos y es un agente de socialización. Por lo tanto, el maestro debe usar "la tele"; el aparato ya no es una opción, es una necesidad en la educación actual.
Tevé maestro: El profesor no debe renunciar a ser lo que él o ella es: un trabajador de la cultura, un oficiante de la reflexión y la pausa, un comunicador de aprendizajes vitales para la sociedad. Por lo tanto, "la tele" debe entrar al aula sin que el maestro anule su personalidad sino en diálogo con su saber y comprensión. No se trata de ser tan divertido como "la tele" sino tan seductor como el conocimiento.
El maestro podrá seguir pensando que "la tele" es una niñera maléfica, dañina, manipuladora; que este medio de comunicación está lleno de contenidos inútiles; que ese aparato es una caja boba; que abundan la vulgaridad, el mal gusto y la ramplonería en la pantalla; que la televisión impide la reflexión, evita la realidad, celebra la apariencia... todas estas ideas lo harán lucir inteligente y crítico, pero lo inactivan hacia la pedagogía y los niños, ya que éstos andan en el mundo de "la tele" y la pedagogía debe buscar responderles las dudas y proponer saberes que enriquezcan su mundo de la vida de los niños. Lo más inteligente, usar "la tele" en el proceso pedagógico.
* Profesor asociado Departamento de Comunicación, Universidad Javeriana, correo electrónico, orincon@javeriana.edu.co
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