Louise M. Rosenblatt: La literatura como exploración, México, Fondo de Cultura Económica, 2002, 355 pp.
Esta sugestiva obra propicia la reflexión sobre la lectura y las formas de incentivar, desde la enseñanza escolar y universitaria, una comprensión integral de la experiencia literaria que despierte el interés del adolescente por el conocimiento y disfrute del acervo literario.
Publicada en 1938, la obra sorprende por su vigencia y pertinencia. Al recrear y analizar el proceso de lectura, propuesto como un acontecimiento "transaccional", Rosenblatt destaca la importancia de la respuesta del lector al texto y su contribución a la interpretación del mismo. Un enfoque que plantea que no existen ni lectores ni interpretaciones genéricas, sino innumerables relaciones entre lectores y textos -sin desconocer las circunstancias sociales o culturales particulares que gravitan en torno a toda interpretación-, que sienta las bases para desarrollar en un contexto especifico, criterios para discriminar la validez relativa de las varias visiones de una obra.
Teniendo en cuenta que los procedimientos tradicionales de enseñanza literaria se centran más en el análisis textual y relegan el significado de la experiencia estética personal, la autora insiste en el papel primordial de dicha experiencia y en cómo esta puede ser objeto de análisis según diferentes consideraciones críticas y académicas. Esto redundará en la capacidad del alumno para realizar una lectura profunda del texto y, a la vez, ampliará el horizonte personal de emociones e ideas en el que inscribirá su respuesta al texto.
Esta aproximación da a los profesores nuevos elementos para fomentar en los estudiantes el desarrollo de la capacidad para lograr una experiencia literaria significativa -la cual radica en esa fusión entre lo que el lector ya sabe, siente y espera y lo que el texto ofrece-, junto con una mejor comprensión del potencial, valor y complejidad del conocimiento de lo humano, de la sociedad y de la naturaleza que encierra el texto, y conseguir un dominio del arte interpretativo. Si en el aula se busca mantener viva la literatura, no se puede desligar por completo el estudio de lo técnico y lo estético, de los significados humanos de la obra.
La incursión por el vasto universo literario puede ser, entonces, un poderoso recurso que aporte al tipo de procesos educacionales requeridos en una democracia, y a la formación de seres humanos sensibles, racionales, críticos e imaginativos que puedan vislumbrar nuevos ideales acordes a las demandas de nuestra cambiante sociedad. El simple hecho de hacer justicia a las potencialidades inherentes a la literatura misma representa ya una contribución social fundamental. De ahí la importancia de que los profesores se acerquen a la enseñanza de la literatura como un arte para la vida.
Isabel Trejos V, filósofa, correo electrónico: isabeltrejos@hotmail.com
Despertares literarios para enriquecer la vida |