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Los retos del mundo contemporáneo y de la sociedad colombiana en la actualidad obligan a que el sector educativo revise su papel socializador y su lugar como espacio de construcción de conocimientos y saberes. La revolución científica y técnica que se manifiesta en la informática y las telecomunicaciones, las vías de acceso a la información, al mundo de las imágenes y los símbolos, hacen necesario que la escuela actualice sus formas de aportar al proceso de construcción de la identidad y la subjetividad de niños, niñas y jóvenes.
La inequidad, las diferentes expresiones de violencia y exclusión imponen desarrollar acciones educativas para formar sujetos con habilidades cognitivas, emocionales y comunicativas que puedan valorar, discernir y comprometerse con la construcción de un proyecto de vida propio, que aporte a la cohesión social. Se trata de vivir una vida basada en decisiones éticas, en un contexto de incertidumbre en el que la dimensión de la sexualidad es parte importante en la formación integral de las personas.
Para responder estos desafíos, el Ministerio de Educación Nacional junto con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) adelanta el Programa de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía -cuyo piloto se realizó entre 2005 y 2007¹ -, con un enfoque integral de construcción de ciudadanía y ejercicio de derechos humanos, sexuales y reproductivos.
Este programa se articula a la política de la Revolución Educativa en las estrategias de divulgación e institucionalización de los estándares básicos en competencias y el mejoramiento de calidad en las instituciones educativas del país. Por otra parte, le apunta a los objetivos y metas fijadas en el Plan Decenal (ver texto correspondiente en esta sección).
Un proyecto pedagógico² de educación para la sexualidad y construcción de ciudadanía es el conjunto de acciones deliberadas que ejecuta una comunidad educativa para que la dimensión de la sexualidad haga parte de los proyectos de vida de sus miembros. Esto incluye desarrollar competencias para la vivencia de la sexualidad, relacionar conocimientos, habilidades y actitudes de diversas áreas, incorporar los puntos de vista de los niños, niñas y jóvenes y articularlos en la solución de cuestiones cotidianas, que tengan que ver con el entorno social, cultural, científico y tecnológico de estudiantes y docentes. Se busca que todos los miembros de la comunidad educativa puedan tomar decisiones autónomas, informadas y responsables³, que se guíen por el respeto de la dignidad inherente a todo ser humano de manera que aporten a su autorrealización. Como afirma Luz Amanda Jaramillo, docente de Santa Rosa de Cabal, Risaralda: "Mi gran recomendación es reflexionar sobre la cotidianidad, lo que permite revisar nuestro sistema de creencias, imaginarios y concepciones y ponernos en los zapatos de otras personas, estudiantes, padres, comunidad; con esto lograremos una verdadera transformación".
La experiencia vivida permite afirmar que un proyecto pedagógico con estas características debe ser construido participativamente. Aprender a decidir y consensuar es indispensable para la vivencia de una sexualidad plena, saludable y responsable. Así se promueven ambientes favorables y se facilita la expresión libre de las inquietudes, necesidades, formas de pensar y sentir de los estudiantes. En palabras de Amanda Patiño, madre y estudiante de Florencia, Caquetá: "Antes del proyecto no sabía que los estudiantes podíamos hacer cosas importantes en la institución, ahora sé que no son sólo los profesores, nosotros podemos plantear proyectos y participar". Un proyecto pedagógico implica hacer de los adultos unos acompañantes del proceso de los estudiantes, y construir colectivamente alternativas para comprender la sexualidad y generar mejores maneras de educar para la convivencia.
Desde el proyecto pedagógico se planean, ejecutan, verifican y aportan transformaciones para el logro de sus objetivos y de los del Proyecto Educativo Institucional (PEI). La educación para la sexualidad no es responsabilidad exclusiva de (algunos) docentes, de un área obligatoria específica, de un nivel en particular o de toda la institución educativa, o de la familia, o del sector salud. Es una responsabilidad compartida por todos, por lo que el lugar que ocupa en las prácticas formativas y educativas de la sociedad debe ser muy visible. A su vez, la institución educativa debe emprender transformaciones específicas acordes a las características de estudiantes, docentes, familias, escuelas y contextos.
Por ser la sexualidad una dimensión constitutiva del ser humano, la educación para la sexualidad se da, de manera explícita e implícita, en todos los espacios en los que está. Esta educación forma de manera permanente para el desempeño en la vida, desde el cuidado y la atención de uno mismo y el de los demás. "Yo antes era muy machista... a los juegos donde había niñas decía que no; después del proyecto ya no me pongo con eso, ¡ya no soy machista!", dice Jorge, estudiante de 5º grado.
Los proyectos de educación para la sexualidad y construcción de ciudadanía parten de unos principios conceptuales consensuados y aprovechan las vivencias y circunstancias cotidianas como oportunidades pedagógicas para delinear unos hilos conductores alrededor de la temática (ver documento en Colombia Aprende, www.colombiaaprende.edu.co )
¹ En un principio se realizaron tres talleres nacionales de consulta a diferentes actores sociales con visión de interacción sectorial. De su sistematización salió la Propuesta Pedagógica, Conceptual y Operativa. En esta fase, el UNFPA dio asistencia técnica nacional, y tomó parte el Equipo de Asistencia Técnica (EAT) de México. En 2006 se inició el pilotaje de la Propuesta en 235 centros educativos de Bolívar, Bucaramanga, Caquetá, Dosquebradas, Florencia, Nariño y Risaralda, con participación de los Equipos Técnicos Regionales constituidos por profesionales de las secretarías de Educación, docentes y practicantes de las universidades, junto con docentes y estudiantes docentes de Normales Superiores de las regiones, acompañados por el Equipo Técnico Nacional, coordinador del Proyecto. Esto permitió ajustar y validar la propuesta para la realización de proyectos pedagógicos en educación para la sexualidad en las instituciones de educación preescolar, básica y media, desde el enfoque integral señalado.
² Características de un proyecto pedagógico: ser efectivo, porque se integra y articula a la institucionalidad de la comunidad educativa; aplicable, porque posee las herramientas mínimas y suficientes en lo conceptual, pedagógico y operativo, y tiene un sistema de evaluación, monitoreo y sistematización para la planeación y ajuste permanente; replicable, pues recoge las buenas prácticas, lecciones aprendidas y recomendaciones de otros proyectos similares y permite adaptarlos a los contextos propios; sostenible, por la gestión de alianzas en la institución y por fuera de la misma con otros sectores y organizaciones.
³ Arthur Kleinman sostiene que las incertidumbres y los azares antes que ser anomalías constituyen parte de nuestras vidas cotidianas, y por lo tanto hay que saber tomar decisiones en contextos difíciles. En What Really Matters, Oxford, University Press, 2006.
Altablero, 47, La dimensión de la sexualidad en la formación de los estudiantes |