Con esta invitación, el Ministerio de Educación Nacional lanzó una estrategia de comunicación para que cada miembro de la sociedad conozca y asuma su responsabilidad en el desarrollo infantil y la educación inicial, teniendo en cuenta el Código de Infancia y Adolescencia o Ley 1098 de 2006, lo formulado en el Plan Decenal de Educación 2006-2016 y la ruta operativa para la educación y la atención integral de los menores desde antes de nacer hasta los 5 años.
1. Los miembros de la familia son educadores.
En la educación inicial de los niños y de las niñas, la familia, la comunidad y el Estado son corresponsables en el desarrollo del proceso para que crezcan como seres humanos integrales. Todos los ciudadanos, con nuestras acciones y desde el papel que desempeñemos, podemos participar; la sociedad civil en su conjunto, alcaldes, gobernadores, cuidadores principales, profesionales de diferentes ramos tienen una responsabilidad.
2. La educación inicial empieza antes de nacer...
Hablar y comunicarse propicia el desarrollo y fortalece vínculos afectivos.
3. Desarrollo de habilidades expresivas.
Es fundamental que la sociedad sepa que en el ciclo de la primera infancia se desarrollan competencias para pensar, sentir, hablar, aprender y razonar. Por tanto, en esta etapa y durante toda la vida, los niños y las niñas merecen una educación pertinente y de buena calidad que estimule la capacidad de jugar, amar, ser feliz, interrelacionarse, de la calidez, del cariño...
4. Dar rienda suelta a la capacidad de imaginar y construir mundos fantásticos.
Permitir que el niño cuente y dé vida a sus historias favorece el desarrollo de sus capacidades físicas, intelectuales, afectivas y sociales. Se invita a padres, madres y comunidad en general, a reconocer que los niños y las niñas imaginan el mundo a su manera, elaboran sus propias hipótesis y necesitan espacios y tiempos para expresarlo. Ellos toman sus propias decisiones, exploran sus entornos -físico y social- y aprenden de ellos.
5. La educación inicial se brinda en lo cotidiano...
Los programas de atención integral a la primera infancia respetan y se afianzan en las tradiciones y prácticas culturales de los pueblos.
El juego, las múltiples expresiones literarias, artísticas y corporales que el niño y la niña exploran y apropian en su vida cotidiana -en la familia, la comunidad o la institución- se pueden aprovechar como espacios pedagógicos.
¡En una política educativa... de la que tú también haces parte, debe primar la formación y la felicidad de niños y niñas!
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