Resultados

La evaluación nos indica que tenemos que mejorar significativamente los resultados.

Nos comprometimos a trabajar por una Colombia unida, educada, justa e íntegra. Y no hay mejor lugar para empezar a trabajar en estos objetivos que las escuelas, colegios e instituciones de educación superior. Es indudable que estos espacios son el eje no sólo del sistema educativo sino de la construcción de democracia, de la formación ciudadana y del crecimiento del ser humano.

Son muchos los cambios que ha sufrido el sistema educativo en los últimos 15 años. Pero lo cierto es que el país y el mundo demandan cada vez con mayor fuerza una educación que permita desarrollar competencias para la vida y que atienda a las necesidades del contexto tanto regional como global.

Es una realidad que todavía en muchas de nuestras escuelas y colegios los proyectos educativos institucionales desarrollan modelos educativos con base en prácticas pedagógicas tradicionales, basadas en la transmisión de conocimientos, su memorización por parte de los estudiantes y su repetición en las evaluaciones.

La profundidad del problema es tal que no resiste espera y ha sido develada por un sistema de evaluación, que ha venido incorporándose y adecuándose con lentitud en nuestras instituciones. Hace dos décadas no teníamos una herramienta capaz de darnos a conocer los logros en el aprendizaje de nuestros estudiantes ni mucho menos permitirnos una referencia de cómo estamos con relación a otros países en esta materia.

Gracias a las pruebas SABER, por ejemplo, sabemos que para el grado 5° y 9° hoy tenemos un alto índice de estudiantes del país ubicados en el nivel de desempeño insuficiente, lo que nos plantea un enorme reto en materia de calidad educativa.

Estos resultados nos muestran que si los resultados obtenidos por los estudiantes en el sector oficial en los grados 5° y 9° en lenguaje son preocupantes, los de ciencias naturales son menos satisfactorios y los de matemáticas nos ponen en evidencia la dimensión del reto.

Es una alerta para todos, pero que en especial debe provocar la acción decidida de maestros, coordinadores y rectores, quienes están llamados a comprender y transformar su trabajo. Una exigencia para las autoridades nacionales y regionales, buscando que las oportunidades de formación que desde los planes regionales y nacionales se propongan, estén más acordes con los requerimientos de los estudiantes actuales; y lo más importante, que la formación que se ofrezca esté en relación con las dificultades que encuentra un maestro diariamente en el aula.

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