Conozca las historias y autores ganadores en la categoría de 8o a grado 11

La verdad sobre las moscas, El vano recuerdo de lo ocurrido en la víspera, La muerte anda en bicicleta, El sabor de la nobleza y ¡Aquel que tenga alas... que vuele! son algunos de los títulos ganadores en la categoría de 8o a grado 11. Conozca todos los perfiles.

Afecto por cable

Santiago Ojeda Ramírez
Gimnasio Moderno (Bogotá)

El anhelo de ver a la mujer de sus sueños en la televisión retrata el esfuerzo de José por conseguir un televisor, la única manera de verla a ella otra vez. Es así que en Afecto por cable nos relata cómo este niño recorre su pueblo con el televisor que pudo conseguir al no revelar el hurto de la limosna de la iglesia por parte del dueño de la tienda de aparatos electrónicos del pueblo.

Caminando por diferentes escenarios que retratan la vida cotidiana de este muchacho, saludando a sus amigos y esperanzado de llegar a casa, dejando atrás metros y metros de cable que conectaban al aparato a la tienda, el sueño de José se interrumpe en el momento que espera que la mujer de sus sueños aparezca en la pantalla. Al encender el televisor se encontró con la única imagen que se veía en la pantalla: una estridente lucha entre partículas blancas y negras.

Santiago Ojeda Ramírez

La inocencia de la infancia fue el punto de partida para que Santiago Ojeda, de 17 años, y quien entra a cursar grado 11 en el Gimnasio Moderno de Bogotá, escribiera Afecto por cable. Inspirado por sus pequeños sobrinos y los sueños que los niños pueden cumplir, retrató la historia de José y su deseo de conseguir un televisor para ver en sus pantallas otra vez a la mujer de sus sueños.

"Pienso que en los niños se encuentra el espíritu y el verdadero sentido de todo. Esto me motivó a escribir una historia acerca de cómo los niños también pueden luchar por cumplir sus ilusiones, por más inocuas que nos resulten a aquellos que hemos perdido el regalo de la inocencia", comenta.

Constante lector y amante de la música, Santiago se declara seguidor de Los Beatles, Bob Marley, los Rolling Stones y Queen, interesado en el teatro (como espectador, aclara él) y en la actuación. "Mis gustos literarios son muy variados, pero podría decir que me enamoran las novelas. Los cuentos son admirables y la poesía significa un estado más avanzado del alma, pero personalmente no consigo disfrutar nada como una buena novela, me encantan las de fantasía o aquellas realistas que parecen fuera de este mundo", afirma Santiago.

Sobre la motivación para participar en el Cuarto Concurso Nacional de Cuento, este joven estudiante comenta que el escritor Carlos Ruiz Zafón, uno de sus autores favoritos, dijo una vez que "no hay nada que un escritor anhele más que ver su nombre impreso en un pedazo de papel, que nada lo hace más feliz que recibir unas monedas o un elogio a cambio de una historia".

"Naturalmente, como escritor aficionado, también sueño con ser leído y el Concurso Nacional siempre me pareció una manera asequible para conseguirlo", agrega.

Acerca de la experiencia de inscribir su cuento, Santiago reconoce que lo hizo en las últimas semanas de plazo de la convocatoria y que fueron sus padres quienes lo animaron a registrar su escrito en el certamen. "Ellos siempre me han motivado a participar, es más, cada vez que veían el anuncio en RCN me decían: '¿Por qué no mandas un cuento tuyo, que tal que te ganaras eso?'. En cuanto a sus profesores, Santiago se declara un completo afortunado. "Han sido siempre fenomenales, han cultivado en mí un inmenso amor a las letras y siempre estaré agradecido con ellos por eso". Finalmente, recuerda a sus sobrinos, y es a ellos a quien dedica especialmente su cuento porque hoy le recuerdan lo maravillosa que es la infancia.

Beni

María Andrea Mora Castro
Institución Educativa Normal Superior de Sincelejo (Sucre)
Email: maryandrea-1804@hotmail.com

La historia de Beni es un relato que está presente en la infancia y crecimiento de Raúl, el niño que cuidó a una planta de frijol desde que era un grano. Pero también el cuento que nos presenta a Beni es un recorrido familiar donde la enfermedad y la tragedia marcan el paso de los años y la llegada de la muerte.

Beni cuenta cómo siendo apenas un niño Raúl lo cuidó, desde que el grano era una tarea del colegio y cómo la presencia del cáncer en el abuelo del protagonista, su madre y al final su hija llevan a que éste vea en la planta el antídoto a la enfermedad que amenaza con llevarse a su pequeña.

María Andrea Mora Castro

La pérdida de su tía a causa del cáncer es la razón por la que María Alejandra Mora escribió Beni, el cuento de un frijol que atraviesa por varias tragedias en las que esta enfermedad constantemente estaba presente. "Mis padres y demás familiares estuvieron muy tristes y deprimidos; inclusive meses y años después seguía el recuerdo de tal pérdida, y quise imaginarme cómo sería de diferente todo si hubiera una cura a esta devastadora enfermedad y así mi tía siguiera hoy compartiendo con nosotros", señala esta estudiante de la Institución Educativa Normal Superior de Sincelejo (Sucre).

Para esta adolescente de 13 años, quién está por ingresar al grado 9º, los cuentos de fantasía de realismo mágico son su género narrativo predilecto, por eso quiso que estos rasgos estuvieran presentes en su historia. "Deseé que esta historia fuera leída por medio de este cuento, ya que es muy importante para mí y además es una historia que viven muchísimas personas en todo el mundo", dice.

La experiencia de su participación en el Cuarto Concurso Nacional de Cuento la describe María Andrea como de mucha dedicación. Comenzó mucho antes de la inscripción del cuento, consultó las bases para tener claras las ideas de su historia, escribirla, corregirla ortográfica y gramaticalmente con la ayuda de sus padres y profesores y registrar su texto en el portal educativo Colombia Aprende.

Sus autores favoritos son los dos escritores homenajeados en las dos primeras versiones del concurso: Gabriel García Márquez y Tomás Carrasquilla. Doce cuentos peregrinos y Crónica de una muerte anunciada, de Gabo, y Cuentos, de Tomás Carrasquilla, son destacados por esta joven como sus libros favoritos.

Beni es el sueño que espera ver cumplido el descubrimiento de la cura definitiva para el cáncer y también el cariñoso recuerdo de su tía a quién dedica este cuento.

El vano recuerdo de lo ocurrido en la víspera

Nicolás Moreno
Institución Educativa Colfontán (Bogotá)
Email: nma93@hotmail.com

Una serie de imágenes y sensaciones desarrollan este cuento en el que su protagonista, leyendo Crimen y Castigo, es sorprendido por el sonido de disparos en lo que parecía ser un intercambio de balas afuera de su cuarto. La narración describe las imágenes en las que los personajes que son pasajeros en la narración son tan extraños y ajenos a lo que siente su protagonista que todo se torna un tanto surrealista.

Disparos, un muerto, sangre y el miedo que envuelve esta historia lleva a su personaje principal a evocar la imagen de un relicario con incrustaciones de zafiro guardado junto a recuerdos familiares en una cajita de madera.

Nicolás Moreno

La inseguridad en Bogotá fue la principal inspiración de Nicolás Moreno para escribir El vano recuerdo de lo ocurrido en la víspera, que retrata el miedo y las sensaciones que causan situaciones detonadas por disparos cercanos. "Supongo que la idea estuvo vagando en mi subconsciente todo ese tiempo, y ya durante la redacción del cuento fue muy útil Crimen y castigo de Fiódor Dostoievski, porque me ayudó en un momento en que me estanqué", describe este estudiante de 17 años de la Institución Educativa Colfotán en Bogotá.

"Son pocos los libros que he leído y que he dejado a mitad de camino, y creo que esto se debe a que he sabido apoyarme en las reseñas y comentarios para descubrir de antemano si el libro que pienso leer posee las cualidades que yo busco", comenta sobre su meticulosidad para abordar los libros que elige. Para él es vital un argumento convincente, un buen manejo de la estructura y de los tiempos narrativos, un lenguaje y estilo coherente y acorde con la historia, y un empleo hábil de las técnicas narrativas para darle a la historia la forma que requiere el argumento".

Nicolás es amante declarado de la literatura. Recuerda que por los días en que se enteró del Cuarto Concurso Nacional de Cuento estaba hipnotizado por la literatura ("aun lo estoy", asegura) y devoraba cuanto libro encontraba, y escribía todo lo que se le ocurría sin importar si era bueno o malo.

"Una pasión desmedida por los libros, por la lengua castellana, consumía todas las horas de ocio y descanso que me quedaban, e incluso las de estudio. Apenas terminaba un libro, ya tenía en mis manos el siguiente, y apenas si me daba un día de descanso entre uno y otro. La literatura lo es todo para mí, y estoy seguro que fue ella la que me motivó en ese momento". Esta declaración de amor por la literatura se ve bien compensada con su reconocimiento en el certamen que ahora lo destaca como uno de los representantes de la nueva generación de cuentistas del país.

Contando agujeros

Daniela Patiño Herrera
Colegio Abraham Lincoln (Bogotá)
Email: kangurita5@hotmail.com


Tomás dedicaba sus noches a fijar su mirada en la luna y contar el número de agujeros, pero nunca pudo ver la otra cara de la luna. Su curiosidad hizo escribirle a su abuela una carta en la que preguntaba cuántos cráteres tenía sin saber. Esta pregunta causó más curiosidad en ella, por lo que fue a escribirle la misma pregunta a su mejor amiga. Y así, la pregunta sin respuesta se fue extendiendo en innumerables cartas que fueron rotando de receptor en receptor, reviviendo el contacto entre viejos amigos y familiares.

Contando agujeros retrata cómo una simple pregunta puede acercar de nuevo a personas que hicieron parte del pasado. La pregunta queda sin resolverse, pero la curiosidad hace que una cadena de personas siga mirando y preguntándose cada noche por la respuesta que tal vez nunca podrán obtener.

Daniela Patiño Herrera

La misma pregunta que se hizo Tomás, el protagonista de Contando agujeros, fue la misma que se hizo Daniela Patiño para escribir su historia. Pensé que era una pregunta muy común y por medio del cuento pude desarrollarla. También fui influenciada por una película llamada 'Cadena de favores' en donde un niño crea una cadena por la cual hace favores a personas creando una gran cantidad de favores para poder obtener un mundo mejor", recuerda esta estudiante del Colegio Abraham Lincoln de Bogotá, en el cual se encuentra cursando grado séptimo.

La motivación de su profesora de Español, Greisy Giraldo, para que se inscribiera en el Cuarto Concurso Nacional de Cuento, impulsó a esta joven a escribir y ser parte del certamen que ahora la reconoce como una de las ganadoras en 2010. "Recuerdo que realicé el cuento unas noches antes de que cerrara el plazo para poder enviarlo al concurso", comenta Daniela. "Pensé que no alcanzaría a mandarlo, pero me tomé mi tiempo para realizarlo con mucho cariño. Tal vez esa fue la clave para hacerlo, porque cuando lo terminé sentí mucho apego hacia el cuento".
Precisamente, su profesora fue quién la entusiasmó ante la perspectiva de ser uno de los ganadores del concurso. "Recuerdo cuando nos decía que de pronto el cuento ganador estaría entre nosotros, dándonos ánimos para escribir y enviar el resultado. Mis padres no sabían que estaba realizando el cuento para el concurso. Para mí era parte de una tarea que debía realizar y que mi profesora me había asignado", señala esta seguidora de autores como Isabel Allende, Laura Esquivel y Alejandro Dumas.

A Daniela le gusta escuchar música, jugar fútbol y tenis y ver películas. Declara que sus gustos literarios se inclinan por el realismo y el realismo mágico, y no oculta su interés por la curiosidad de todos los niños, a quienes dedica este cuento en el que uno de ellos es el motor de la historia que escribió y sobre el que ella destaca "ojala todos viéramos el mundo como lo ve un niño".

La verdad sobre las moscas...

Gabriela Valentina Galvis Cely
Categoría 2: estudiantes de grado 8º a 11 grado
Email: gabygal10@hotmail.com

Una mosca parada en la cortina de la alcoba de Valentina es el inicio del descubrimiento que hace la protagonista del cuento sobre la vida y el mundo de estos insectos. Al seguir a la mosca por su recorrido en la casa y llegar al cuarto de basura es invitada por más de 50 insectos a adentrase a un hueco que estaba en el piso. Una vez dentro, la niña se encuentra en el mundo de las moscas, en el que éstas son más grandes que ella.

En este nuevo espacio descubre que las moscas son extraterrestres y que el insecto que al comienzo vio parado en su cortina le revelaba que ellas se llamaban Siderales y que experimentaban con humanos. Sobre esto, la mosca finalmente le revela que había un experimento que había tenido éxito, la unión de una mosca con un humano: la niña que protagoniza esta historia.

Gabriela Valentina Galvis Cely

El fuerte interés por temas como la vida fuera de este planeta, el suspenso y la fantasía fueron el punto de inicio para que Gabriela Valentina Galvis, estudiante que terminó su grado 8º en el Colegio San Francisco de Asís de Bogotá, escribiera La verdad sobre las moscas, el cuento que le da vida a una civilización de moscas que esconden un secreto que es revelado a la protagonista de la historia: son extraterrestres y experimentan con humanos.

Las ganas de mostrar su creatividad entusiasmaron a esta niña de 12 años para ser parte del Cuarto Concurso Nacional de Cuento. "Lo primero que me motivó fue la cantidad de propagandas al respecto, luego pensar en que lograra ganar y mostrar mi creatividad; también estuvo el hecho de que al ganar mi cuento fuera publicado y ser famosa como escritora", afirma.

Para esta pequeña escritora, cuyos autores favoritos son Paulo Coelho, Pilar Lozano, Robert Louis Stevenson y Antoine de Saint-Exupéry, la emoción de participar en el concurso la llevó a escribir con ansiedad sabiendo cuál era el tema principal, aunque sin saber cómo lo iba a terminar.

"A medida que lo iba escribiendo iba viendo todo lo que podía suceder, tanto que me salieron muchas hojas. Cuando se lo mostré a mi mami, ella también se emocionó y se interesó hasta el final", recuerda. Luego de corregirlo, Gabriela lo inscribió a través del portal educativo Colombia Aprende con el objetivo de ser uno de los seleccionados a nivel nacional. "Lo registramos y cuando salió el aceptado, con mi mami nos abrazamos de la felicidad, como si ya hubiéramos ganado", señala emocionada.

Su madre siempre estuvo pendiente de que su cuento fuera uno de los ganadores, y es a ella a quién Gabriela dedica especialmente su trabajo, uno de los mejores escritos por estudiantes y docentes del país según el jurado de la cuarta versión del concurso organizado por el Ministerio de Educación Nacional y RCN. En sus dedicatorias también están algunas personas especiales a las que ella señala como seres importantes en su constante afición por las literatura: su profesora de preescolar, Margaret Hernández, quien le enseñó a leer, y su profesor de filosofía, Efraín Gutiérrez Zambrano, quien le ha inculcado el amor por la lectura y la escritura.

El par de mocasines

Nicolás Daniel Puentes Díaz
Colegio José Allamano (Bogotá)
Email: nicolasdanielp@yahoo.es

El pesar del par de mocasines que protagonizan este cuento es un reflejo de la tristeza que rodea el olvido. Estos zapatos, que dieron toda la utilidad que podían darle al niño que los usaba, tuvieron que buscar su propio destino al reconocerse como un par de mocasines viejos. Su búsqueda de una segunda juventud que les podría dar un zapatero no llega a surtir efecto al ser rechazados por su estado lamentable de uso y desgaste.

El par de mocasines le da vida a una serie de zapatos, tenis y chancletas, entre otros tipos de calzado, para retratar la vida que cada uno de ellos puede tener y cómo el uso no representa la muerte para ellos cuando hay una persona que aun los quiere usar.

Nicolás Daniel Puentes Díaz

Dos cosas inspiraron a Nicolás Daniel Puentes a escribir El par de mocasines, el texto por el que es reconocido como uno de los ganadores del Cuarto Concurso Nacional de Cuento 2010. "Una fue que mi mamá bota a la basura mis zapatos medio rotos sin avisarme, y la otra es que en la película 'Toy Story' los juguetes hablaban. Entonces, invente un cuento en el que me puse en el papel de mis zapatos y recree la historia, pensando en que si unos juguetes pueden hablar, ¿porqué mis mocasines, no?".

A este estudiante, que acaba de terminar octavo grado en el Colegio José Allamano de Bogotá, siempre le ha gustado escribir cuentos. A sus 8 años publicaron su primer trabajo, titulado El conejo y el león en el libro Historias de grandes pequeños. Con 13 años, este adolescente ya ha sido premiado en su colegio al ganar en 2009 un concurso de cuento, y con el certamen que organiza el Ministerio de Educación y RCN ahora es reconocido como uno de los estudiantes que son referentes de la nueva sangre de escritores del país.

Seguidor de la literatura fantástica y especialmente de Las crónicas de Narnia, Nicolás Daniel destaca el papel que tuvo su hermano en su proceso creativo, al acompañar permanentemente su participación en el concurso y en el amor por las lecturas que éste ha ayudado a potenciar. "Él me enseño a registrar mi cuento en la web y ha sido fundamental para ayudarme a aprender el valor de la literatura, el arte, las ciencias sociales y la historia", resalta con admiración y orgullo.

El cuento lo escribió pensando en las personas que no aprecian lo que tienen, a las que piensan que lo más bello de algo es lo superficial. Es a ellas a quienes dedica la historia que ahora es reconocida a nivel nacional. Con esto, Nicolás Daniel envía un mensaje a las personas para que sepan apreciar lo que tienen: "Lo bueno de algo está adentro. Y lo que más hay que apreciar es lo que uno aprende, por eso todos los días aprendo algo nuevo", agrega este pequeño escritor.

Lo que es un crescendo alado

Daniel Alonso Carbonell Parody
Colegio Madre Marcelina (Soledad, Atlántico)
Email: carbonell3110@hotmail.com

Dos vidas, dos existencias. El punto de vista de dos mentes que a medida que la narración avanza se van sumergiendo en la desesperación. Resignados a sus destinos, un mortal y un ángel son llevados por su mismo aislamiento al abismo. Uno lanzándose desde una terraza para terminar con sus días; el otro, para darse cuenta que la razón de su existir es guardar la vida ajena.

Lo que es un crescendo alado es la historia paralela de Eziel Avándano, un empresario exitoso y aficionado a la guitarra, y de un estudiante de universidad que nota una mañana que le salieron alas. La angustia en las existencias de estos protagonistas los lleva a acelerar un camino que sólo tiene como destino la fatalidad.

Daniel Alonso Carbonell Parody

"Hay tantas voces que escuchamos y tanto sucediendo, que creo que, pasmosamente, todo tiene una moción y razón de ser", explica Daniel Alonso Carbonell al describir la inspiración que tuvo para escribir Lo que es un crescendo alado. Su historia se alimenta además de interrogantes sobre el ser humano enfrentado a situaciones extraordinarias: ¿Qué pasaría si de un momento a otro a un humano se le dieran alas? ¿Cuánto tiempo le tomaría aprender a volar?

Leer y escribir son los principales pasatiempos de este joven que acaba de terminar su bachillerato en el Colegio Madre Marcelina de Soledad (Atlántico). "Me gusta una buena metáfora; algo escrito que nunca antes haya sido pronunciado; la literatura sincera y diáfana que vienen siendo una extensión del autor, como lo es la pluma entre los dedos; jugar con el lenguaje y conjugar verbos en formas no convencionales. Me atrae mucho el realismo mágico, la poesía intimista y la microficción", dice Daniel, quien en sus palabras demuestra una gran creatividad para expresarse.

"En algún momento tenía que participar en un certamen literario y me pareció que no habría mejor oportunidad para iniciar. También me impulsó la sensación de que podía ganar y las ganas de demostrarme que puedo hacer lo que me propongo", comenta este joven de 17 años sobre su impulso para demostrar su talento en el Cuarto Concurso Nacional de Cuento, organizado por el Ministerio de Educación Nacional y RCN.

Sobre su cuento, reflexiona que fue más el tiempo que invirtió en pensarlo que en escribirlo. "Faltando dos semanas para el cierre, lo terminé. Fue muy divertido encontrar errores y poder corregirlos, armar y rearmar las situaciones y pulir los contextos y todas esas señas de escritor a lector que enriquecerían el cuento". El apoyo de sus padres y de su maestra de lengua castellana, quien le insistió en participar en el concurso, fueron necesarios para demostrar su talento en la convocatoria nacional, tras la cual ahora es reconocido como uno de los nuevos escritores del país.

El cuento -dice este muchacho- va para todas las personas que han puesto una letra sobre el él, pero en especial, para quienes lo han ayudado a crecer como persona. "Hay que ser poetas -lo que sea que eso signifique y cuantos tragos necesite de vida, como dice un amigo-. ¡Este cuento es para ustedes!".

La muerte anda en bicicleta

Alejandro Durán Caro
Categoría 2: Estudiantes de grado 8º a 11 grado
Email: jigsaw_adc07@hotmail.com

La muerte tiene un trabajo que es complicado de aceptar, pero fácil de ejecutar: llegar a la cita de los mortales cuya alma está saliendo de ellos. Con el mundo como sitio de trabajo, todas las mañanas se despierta y va a encontrarse a las personas que se despiden de esta vida. Su relato en este cuento es una descripción de dos visitas a sus clientes un día normal. Pero es la misma esencia del ser humano dando sus últimos respiros, fijando la última mirada de su vida la que le hace saber a la muerte que su trabajo no es nada agradable.

La muerte anda en bicicleta retrata de manera cotidiana cómo la labor de la muerte se asemeja a la de cualquier persona que despierta las mañanas para ganarse su pan. Son las visitas que hace este día, las que le hacen ver que su día a día es más triste que la razón que marcó el final de los días de sus clientes.

Alejandro Durán Caro

"La inspiración vino de plantearme el hecho de que la muerte no es otra cosa sino un estadio más en la vida del ser humano, algo a lo que el ser humano no debe temer, así como no se teme a la pubertad o la madurez, que son otros estadios de su vida". Esta es la base desde la que Alejandro Durán comenzó a crear el cuento que retrata un día cotidiano de la muerte.

A este muchacho de 17 años, que acaba de terminar grado 11 y que tiene a Julio Cortázar como el mejor escritor que ha podido leer, sus gustos por los libros y sus deseos de ser escritor lo llevaron a ser parte del Concurso Nacional de Cuento, el certamen que lo reconoce como uno de los más destacados talentos literarios en 2010.

Daniel reconoce que su participación en el certamen fue un tanto traumática, ya que en algún momento pensó que no alcanzaría a terminar su historia, y cuando la completó se dio cuenta de que era muy extensa y debía recortarla. "Yo no quería hacer eso, sentía que perdía partes esenciales en la trama".

Este joven, admirador de Baudelaire, Rimbaud, Ducasse, Villon, Chesterton, Poe, Borges y Chaparro, recuerda que sus padres no sabían siquiera que él escribía. "Cuando se enteraron que había ganado fue doble sorpresa: ganar y que escribía". Su participación fue un asunto privado; pocas personas sabían de su participación y su cábala fue dejar leer el cuento a pocas personas, "de tal manera que me arroje al vacío sin consultarle a nadie".

Su reconocimiento es además una oportunidad para saludar a su mamá, quien ha sido su gran apoyo y cómplice en sus caprichos de estar comprando libros constantemente. También le dedica el premio a su hermana ("me admira mucho, pero yo la admiro más por encontrar algo por lo qué admirarme"); a 'Chiqui', como le dice de cariño a la bibliotecaria de su colegio, quien siempre tuvo abiertas las puertas de la biblioteca para él y le indicaba qué leer; a su profesora de filosofía, quien fue la que lo incitó a leer y leer; y, finalmente, a su novia, "que es la persona que me convence cada día de que no soy malo escribiendo, a pesar de que lo soy".

La sombra

Daniel Eduardo Vásquez Correa
Institución Educativa Empresarial Dosquebradas (Dosquebradas, Risaralda)
Email: clowncry@hotmail.com

La muerte está cansada pero sigue su caminar visitando a aquellas personas que dan su último respiro en esta vida y que en el fondo esperan la llegada de este visitante. La sombra describe a la muerte como un eterno viajero que camina y camina sin parar, pero que su existencia y su misión da sentido a un mundo y una vida que sin ella serían fríos y aburridores.

Este cuento nos transmite la existencia sin descanso de la protagonista de esta historia, una muerte que se presenta como una tranquila sombra que aterra a quienes la ven pero brinda un alivio a quienes la esperan.

Daniel Eduardo Vásquez Correa

"El gusto literario como una puerta abierta hacia nuevas ideas", así describe Daniel Eduardo Vásquez Correa, estudiante de la Institución Educativa Empresarial Dosquebradas (Risaralda), la razón que lo motivó a escribir La sombra, la historia que lo hace uno de los ganadores del Cuarto Concurso Nacional de Cuento.

Con 16 años y próximo a comenzar el grado 10º, este joven señala que su constante gusto por escribir y hablar fue tenido en cuenta por su maestra de Castellano, Vera Vivas, como el motor para impulsarlo a participar en el concurso promovido por el Ministerio de Educación Nacional y RCN. Como él recuerda, ella lo impulsó a participar en el concurso y al conocer el cuento le insistió en participar.

"Mandé el cuento pensando que sólo la suerte podría darme la oportunidad de al menos estar entre los preseleccionados", describe Daniel. Al comenzar a investigar en el portal educativo Colombia Aprende se fue iniciando una chispa de esperanza, pequeña, pero muy latente. "Pienso que el ser uno de los ganadores del concurso contribuirá en confiar un poco más en mis cosas, creo que eso es una enseñanza muy grande para mí y que el hecho de crear el cuento por mi gusto y no por participar 'en un principio', fue la pieza clave para el éxito del mismo".

Sobre sus profesores, destaca que ellos jugaron un papel muy importante, pues fueron los que de verdad me impulsaron a participar, además la comunidad del colegio, sus amigos y en especial su familia siempre lo apoyaron a despertar su imaginación y sus ideas personales, "y eso es algo que valoro mucho, porque en esta Colombia costumbrista, el pensamiento individual es muchas veces mal visto", agrega. Daniel no tiene unos autores a los que él llame 'favoritos' y prefiere fijarse en las ideas más que en las obras de un particular escritor.

Sin embargo, sí tiene a varias personas a las que dedica este trabajo que ahora es reconocido a nivel nacional: "a todas las personas cercanas a mi puesto que de ellas creo que he aprendido algo; a mis dos profesores de teatro, Juan de Dios Aguirre Pineda y Víctor Hugo Henao Pulgarín, que durante estos 5 años han sido muy importantes para mí; pero antes que todo, dedico este cuento a mis papas, que son las personas más importantes para mí, las cuales me han enseñado mucho, y aunque no posean grandes títulos, y no hablen con las palabras más rebuscadas del diccionario, han sido de las personas más inteligentes que he conocido, a ellos les agradezco siempre por ser como son".

El sabor de la nobleza

Daniel Felipe Corredor Benavides
Liceo Hermano Miguel de La Salle (Bogotá)
Email: davidpipe93@hotmail.com

Abelardo es un chico de 19 años, solitario y huérfano cuya única razón para hacerse una vida y seguir adelante era la finca que sus padres le heredaron, especialmente los cultivos de cebolla del que se sentía orgulloso. Las cebollas de Abelardo no sabían como las demás, y una tarde mientras hablaba con doña Asunción, la dueña de la tienda más cercana, encontró un nuevo rumbo a su vida: viajar a Bogotá a ofrecer sus cebollas al que consideraba el restaurante con la comida más rica de la capital.

Su llegada a Bogotá es mostrada en El sabor de la nobleza como la abrumadora experiencia que un nuevo lugar ofrece a un joven con poca experiencia, pero con todas las ganas de emprender un nuevo camino. Su confusión al encontrarse en el terminal de transportes de un lugar tan ajeno es la experiencia que muchos pueden sentir al dirigirse a la gran ciudad y darse cuenta que las cosas no son tan sencillas como inicialmente pensaban.

Daniel Felipe Corredor Benavides

"Todo ocurrió debido a que tenía la idea de escribirles a los campesinos, ya que mi familia paterna viene de allí. Quise hacerles una breve descripción sobre esta vida tan humilde y hermosa que tiene cada uno de ellos, y esta oportunidad me pareció muy adecuada para esto", comenta Daniel Felipe Corredor, quien a sus 17 años narra la experiencia de un joven campesino que toma la repentina decisión de enfrentarse a un mundo nuevo como puede ser la experiencia de llegar por primera vez a Bogotá.

Su participación en el Cuarto Concurso Nacional de Cuento nació de una tarea de su clase de Español. "Fue my normal, un día común y corriente llegué cansado de estudiar como lo hacía todos los días, y como buen colombiano tenía que presentar el cuento al día siguiente, así que dejando todo atrás comencé a escribirlo.

Su participación y luego el reconocimiento que lo hace uno de los ganadores del certamen fue una sorpresa para él y para su familia, la cual no conocía el cuento hasta que unos meses después comenzó a ser seleccionado como uno de los finalistas. "Ninguno se iba a imaginar lo que sucedió meses después en este concurso", comenta con entusiasmo.

Este muchacho, que recientemente terminó su bachillerato en el Liceo Hermano Miguel de La Salle de Bogotá, resalta la obra de cuatro escritores como fuente de inspiración para su escritura: Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano, Pablo Neruda y Mario Benedetti. Además, destaca que durante su participación fue su madrina quién estuvo pendiente de la suerte de su cuento. "A ella le leí primeramente el cuento y me apoyaba para que cada vez quedara de una forma mejor". A ella, a su familia y a su confidente "Chuchito", dedica esta historia y el éxito que ésta ha generado en el concurso que ha venido transformando las competencias comunicativas en estudiantes y docentes del país.

Estando solo

Alberto Mario Márquez
Escuela Normal Superior La Hacienda (Barranquilla, Atlántico)
Email: elespejoylamascara@hotmail.com

La soledad, la muerte, la espera interminable y la confusión son los protagonistas de la historia de Alberto Mario Márquez, un joven escritor quien en una ráfaga de sensaciones lleva al lector a un escenario lúgubre, oscuro y lleno de personajes indescifrables, contagiándolo de ansiedad tras la espera de un disparo que no cumple su cometido.

Estando solo es una historia dramática de vida y muerte y más que nada de la necesidad de morir. Su protagonista es un personaje misterioso que narra en primera persona las ansias de acabar de un tajo con un recuerdo de llegar a un destino que él mismo no conoce.

Alberto Mario Márquez

Alberto es un joven estudiante que tiene muy claras sus prioridades en la vida: la literatura y en general todas las expresiones artísticas. Ellas tienen un reglón muy amplio en su agenda diaria. Este personaje visita con regularidad las bibliotecas locales y museos y se preocupa por rodearse de otros estudiantes que tengan sus mismas afinidades.

Es un muchacho talentoso consciente de eso, pero además sabe de la responsabilidad que implica implantar su firma en un producto literario, de hecho el cuento que lo hiciera ganador en esta nueva versión del Concurso Nacional de Cuento viene tomando forma varios meses atrás. Lo único que para Alberto no estuvo bajo su control fue haberlo enviado a participar: "Quien manda un cuento al concurso está enviando una botella al mar, esto es, que mandar el cuento es poner todas las esperanzas en él. Tienes que esperar a ver si estás preseleccionado, luego ver si ganas, después esperar a que te llamen..."

Su cuento es, como sucede con muchos autores, una compilación de ideas y de ejercicios literarios. La inspiración -según dice- viene de leer, escribir, vivir y llevar todo esto a una hoja en blanco. Al final, la sensación de ganar es un motor que impulsa a participar a quienes tienen sed de victoria. Alberto es uno de ellos.

Como un escritor consagrado, Alberto ya tiene un compromiso con sus lectores: su profesora le pidió que le dedicara esta obra y así lo hizo: "La 'seño' kathia insistió en que debía ser ella a quien estuviera dirigida la dedicatoria. Así que...A kathia".

¡Aquel que tenga alas...que vuele!

Ángela María Blanco Nieto
Colegio Seminario Diocesano (Duitama, Boyacá)
Email: asngie_yubabambn@hotmail.com

¡Aquel que tenga alas...que vuele! es el cuento que narra la historia de una joven que sueña con volar. Sus ganas de deslizarse por los aires mientras mueve libremente sus alas son también intentos fallidos de alcanzar sus desafíos

La historia que narra la protagonista es la percepción de una joven consiente de la diferencia que notan sus seres cercanos al buscar sus sueños. Pero para ella esto no importa. Volar por el aire es su gran objetivo y no hay quién le arrebate el sueño de su juventud de ser libre como un pájaro.

Ángela María Blanco Nieto

Los momentos de tristeza y extrañeza han sido la principal inspiración de Ángela María Blanco, estudiante próxima a iniciar sus estudios de grado 11 en el Colegio Seminario Diocesano de Duitama (Boyacá) , para escribir este cuento que narra los sueños de una joven cuyos objetivos son más grandes que sus alas y que hace todo lo posible por volar, así sus intentos sean fallidos.

"Cuando escribo, me desahogo. Es una forma de olvidar los tormentos que uno lleva dentro. Y no puedo referirme a una inspiración en general, porque a veces esta simplemente fluye, surge", comenta esta joven quien confiesa que escribe constantemente, especialmente en su diario y que esto le ha ayudado a fortalecer sus habilidades con las palabras.

"Tengo frases celebres que me han gustado de autores conocidos, y frases simpáticas de personas comunes y corrientes, y me gusta leer. No lo hago tan seguido, pero cuando me sumerjo en un libro, me tomo demasiado en serio la historia" destaca esta niña sobre sus hábitos de lectura.

Sobre el Cuarto Concurso Nacional de Cuento, Ángela María señala que para ella no había nada mejor que este certamen para darse a conocer y no abandonar el sueño de dedicarse por completo a la literatura. Aunque reconoce que lo hizo al comienzo, por su mamá. "Ella todo el tiempo me decía que enviara el cuento, que seguro me lo ganaba. Pero después me di cuenta de que estas cosas pasan una vez y que no debería desperdiciar la oportunidad de participar".

La experiencia de escribir el cuento para esta joven de 16 años fue, en palabras propias, "algo muy bonito" y no sabe cómo describirlo de otra manera. "Sencillamente escribía, releía, tachaba, y me gustaba lo que estaba viendo porque imaginaba cómo sería la vida de alguien, como mi personaje del cuento".

Su destacada participación en el certamen se lo dedica a su madre, padre y hermano porque ellos siempre creyeron en sus habilidades narrativas y le brindaron la fuerza necesaria para que ella le pusiera "buena vibra" a su cuento. Por su parte, el cuento se lo dedica a "aquellos que buscan remedio a sus miserias, pues necesitan escapar de su realidad".

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