Actualizado el 15 de Julio de 2013

La vida evoluciona y yo lo he hecho con ella. Olga Lucía Niño

Aprendí el verdadero arte de ser maestro desde muy niña, cuando iniciaba el grado octavo quise enrolarme en esta modalidad, que con el paso del tiempo se convertiría en mi gran pasión.

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Mi Nombre es Olga Lucía Niño Peña, nací en Bogotá, en el seno de un hogar con mucho amor, hija de dos seres que pese a sus dificultades personales y materiales, supieron consolidar una familia estructurada, la mayor de tres hermanos es decir sobre mi recaían muchas responsabilidades con ellos y mi casa, gran parte de mi niñez e inicio de mi adolescencia se desarrolló en una tierra llena de hermosos recuerdos y experiencias, Pereira, allí viví una niñez sin privaciones en el tema del juego, grandes recuerdos cruzan por mi mente cuando inicio este viaje por la evocación, patines de cuatro ruedas con correas de cuero y dejándome deslizar sin límites por las calles empinadas, diciembres llenos de luces, jugadas a escondidas, yermis, allí inicié una vida deportiva que con el paso del tiempo me daría mucha disciplina para cumplir con lo que me fijaba, la natación, hasta pertenecí a la pre-liga infantil de Risaralda.

Debido al trabajo de mi papá como técnico en ascensores, debimos trasladarnos nuevamente a Bogotá cuando tenía 12 años, volverme adaptar a la vida capitalina en aquel entonces no fue fácil, nuestras vidas cambiarían drásticamente, las distancias, el tema de la seguridad, el no poder desarrollar mi practica de natación a la que estaba acostumbrada y el colegio, por el tema de ubicación con nuestra vivienda, decide entonces mi papá, matricularme en la Escuela Normal de Nuestra Señora de la Paz, del barrio Santander, debía tomar bus público con mi hermana que se convertía en toda una travesía. Desde entonces aprendí el verdadero arte de ser maestro desde muy niña, cuando iniciaba el grado octavo quise enrolarme en esta modalidad, que con el paso del tiempo se convertiría en mi gran pasión, descubrí el amor por trabajar con niños, niñas, mis prácticas pedagógicas desarrolladas, en colegios públicos, se convertían en el motor que le dio un giro a mi vida profesional, desde el primer momento que recibí mi cartón de bachiller pedagógico no he parado de trabajar al servicio de la educación. Fue así como logré financiar mi pre-grado en Física y Matemáticas y pensándolo bien el resto de mis estudios.

Durante el viaje de mi vida conocí a un excelente coequipero, con el cual formé una hermosa familia, no muy típica, los míos los tuyos y los nuestros, tres hijas, quienes se han convertido en el motor de acciones y de logros, mi esposo un ser incondicional con quien construimos y vemos crecer nuestra familia.

Pese a que mi madre no está hoy conmigo y no conoció esta etapa, le agradezco a la vida, la gran fortuna de poder pertenecer a este programa, de seguir creciendo y de transformar la educación de mi País, de reconocer hoy en cada uno de mis estudiantes y de sus experiencias, ese motivo que me ha permitido evolucionar como docente y de pensar que seguiré transformándome en este inmenso mar de la EDUCACIÓN. Por esto sé que el aprendizaje y el tener siempre un objetivo claro, nos permitirá transformar las dinámicas de la vida.

La vida evoluciona y yo lo he hecho con ella. Olga Lucía Niño