Actualizado el 28 de Enero de 2011

Representantes de universidades públicas, ganadores en categoría de estudiantes de educación superior

Ocho de los 10 ganadores de la tercera categoría de premiación del Cuarto Concurso Nacional de Cuento son estudiantes de universidades públicas. Luna menguante, Ahora sí dan ganas y Sueño eterno son algunas de las historias que conquistaron al jurado. Conózcalas todas.

Sueño eterno

Álvaro José Claro Ríos
Universidad Industrial de Santander
Email: horrorva@hotmail.com

Un sueño que no lo era. Era la misma realidad. La sensación de deambular en el sueño infinito de la muerte. Este es el descubrimiento de Álvaro al describir la historia que se le ocurrió luego de imaginarse encontrar su cuerpo sin vida tendido en una cama. Esta es la descripción que nos encontramos en Sueño eterno: la búsqueda de la cama luego de ir al baño en medio de la oscuridad termina por horrorizar a su protagonista al encontrarse muerto.

La historia no solo retrata la experiencia de su protagonista, sino también a su tío, quien lleva un tiempo sobrellevando una suerte similar y esperando que algún mortal algún día lo encuentre.

Álvaro José Claro Ríos

"Una noche me desperté con ganas de orinar, fui al baño y al regresar a mi habitación la almohada debajo de la cobija formaba una figura de humano, entonces surgió la idea de un desdoblamiento, y la escribí". Esta experiencia hizo que Álvaro José Claro, estudiante de la Universidad Industrial de Santander, escribiera Sueño eterno, el cuento que ahora es reconocido como uno de los mejores en el Cuarto Concurso Nacional de Cuento.

Con 21 años, este estudiante de Licenciatura en Español y Literatura señala que anteriormente ya había enviado cuentos a varios concursos, destacando que su parte favorita del proceso de participación en el concurso organizado por el Ministerio de Educación y RCN fue la creación de su historia.

La vida misma, asegura él, ha sido el gran formador en su aprendizaje, especialmente en lo que le han enseñado sus padres, quienes han sido un constante apoyo. Las actividades de la Red de Talleres de Escritura Creativa (Renata), realizadas en su universidad, han sido el complemento ideal a su motivación para concursar. Allá reflexionamos sobre los narradores, los argumentos, el estilo, los diálogos y la extensión de los cuentos", afirma.

Sobre los escritores modelo de este jóvenes autor, afirma que sus referentes en novelas son 'el omnipresente' García Márquez y sus Cien años de soledad y La muerte de Iván Ilich de León Tolstoi". En cuanto a otros géneros, como el cuento, las Narraciones extraordinarias de Allan Poe, El más allá de Horacio Quiroga y Sólo para fumadores de J. R. Ribeyro han tenido un gran efecto en su formación literaria. Además, resalta el papel de la poesía de la Tabaquería de Pessoa y Trilce de Vallejo, y los reportajes de Gonzalo Arango.

Álvaro José ve la escritura como un acto solitario, pero reconoce el constante apoyo de su ex novia Dinia Oriana, quien estuvo pendiente de su participación en el Concurso, y de otras personas fundamentales para crear el cuento que hoy es reconocido como uno de los mejores del país escrito por un estudiante de educación superior.

Entre las personas que destaca como apoyos en sus procesos literarios están Fabián Mauricio Martínez y Jesús Antonio Álvarez, el primero director del taller de literatura RENATA-UIS, y el segundo escritor santandereano. "Su apoyo consistió en prestarme libros, recomendarme autores, leer mis cuentos y hacerle correcciones, sugerencias y cumplidos; en una palabra, como decimos acá en Bucaramanga, el apoyo que ellos me ofrecieron fue el de ''tallerear'' mis textos para que quedaran más sutiles y estéticos, esféricos, como diría Julio Cortázar".

La historia tras la historia en la oscuridad

Natalia Marcela Pitta Osses
Universidad Pontificia Bolivariana (Girón, Santander)
Email: nata_pitta@hotmail.com

Un ejercicio donde la impresión puede magnificar las sensaciones y llevarlas a imágenes y olores espeluznantes. La historia tras la historia en la oscuridad es un ejercicio de impresiones en el lector que encuentra cómo la imaginación puede llevarlos a los sorprendentes caminos que la misma narradora del cuento recorre al describir un cadáver y qué hacer con él.

La oscuridad lleva a que se describa cada frase de este cuento como una experiencia de fuerte recordación, pero cuando todo se ve más allá de lo cotidiano, cuando el suspenso llega al fondo de la descripción de la situación, el lector se da cuenta que todo es una serie de secuencias infundadas. Como sentencia el cuento, sólo es un ratón muerto, miedo a la oscuridad y mucha imaginación.

Natalia Marcela Pitta Osses

Natalia Marcela Pitta tuvo un gran referente para sentarse a escribir La historia tras la historia en la oscuridad: su hermana mayor, Laura, quien se imagina cosas como caídas y accidentes en cualquier momento, motivo que fue un motor para que esta joven cuentista escribiera una historia sobre cómo la imaginación en la oscuridad puede crear sensaciones aterradoras.

"Me he habituado a participar en casi todo lo que tenga que ver con escribir, además ya había participado en dos versiones anteriores, así que pensé ¿qué puedo perder?", comenta con naturalidad esta estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad Pontificia Javeriana de Girón (Santander), quien reconoce que escribir este cuento tuvo un inicio difícil. "Lo complicado al escribir es concebir la idea, después de eso las palabras brotan con una fluidez de miedo", recuerda esta joven de 20 años.

Tanto su hogar como su entorno académico fueron de fundamental importancia para incentivar sus ganas de contar historias. "Ambos tuvieron un papel muy importante: en mi casa siempre me inculcaron el hábito de la lectura y, aunque me molestaba que a veces me dieran libros en vez de juguetes, pienso que ahora es una de las muchas cosas que debo agradecer. En el aula, desde el colegio participé en concursos de cuento, de redacción y de ortografía y creo que ese tipo de apoyo influye en el desarrollo de las habilidades propias", destaca con orgullo Natalia Marcela.

Anna Karenina de Leon Tolstoi, Ensayo sobre la ceguera de José Saramago y Cien años de soledad de Gabriel García Márquez son las tres novelas y autores que ella señala como sus predilectos. Pero su gran impulso para concursar de nuevo en el certamen fueron su madre y su profesora de redacción, Zoraida Cote. "La primera fue quien me contó del concurso y siempre está pendiente de que explote mis habilidades al máximo; y mi profesora fue quien me ayudó a pulir el cuento y a dejarlo tal como está ahora". Tanto ella, como su padre y sus hermanos fueron constante apoyo en este proceso que ahora la reconoce como uno de los nuevos talentos literarios del país.

La noche de las orejas blancas o un insólito sombrero boca arriba

Jorge Enrique Andrade Blanco
Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá, D.C.)
Email: yacasinosoynadie@gmail.com

El sueño del Gran Kandrupsky, en el que su truco más sencillo se arruina al frente de su público, se muestra en este cuento de una manera que transmite la angustia del pobre hombre que no encuentra a su conejo dentro del sombrero de copa. Es entonces que las imágenes envuelven las sensaciones de sus protagonistas en una secuencia de imágenes surrealistas.

El temor, la angustia y la confusión son retratadas en este cuento donde mago y conejo terminan por fundirse en imágenes ambiguas que hacen pensar al lector de quién es el hombre y quién el animal.

Jorge Enrique Andrade Blanco

"Cuando las musas lleguen me encontrarán trabajando". Esta frase del escritor francés Gustave Flaubert describe lo que siente Jorge Enrique Andrade, el autor de La noche de las orejas blancas o un insólito sombrero boca arriba, sobre la inspiración. Si bien no cree en esta última, este joven reconoce que su historia es un intento de cuestionar la realidad y el orden lógico. Un homenaje que le debe el 90% de su estructura a Julio Cortázar, como señala.

Su participación en el Cuarto Concurso Nacional de Cuento fue para él un ejercicio natural, pero el reto de enfrentarse a la hoja en blanco lo describe como una situación incómoda y confortante. Su gusto por escribir la asimila con la compañía de su abuelo. "Él me enseñó, sin saberlo y sin pretenderlo, el oficio de escribir".

Además recuerda que su padre tuvo mucho que ver en este gusto: "Un día, hace ya muchos años, bajaba las escaleras y vi a mi padre con la puerta de par en par ante un torrencial aguacero, al preguntarle que hacia ahí, respondió: "Estoy oliendo la lluvia". No comprendo muy bien que mecanismo se activó en mi cerebro pero ese momento determinó la decisión de ser escritor. Mi padre ese día demostró que el agua no era inolora".

Los dos escritores favoritos de este estudiante de Comunicación Social de la Universidad Javeriana son Carlos Fuentes y Jorge Luis Borges ("se disputan el primer lugar cabeza a cabeza", señala). Además, afirma que la intimidad del ejercicio de la escritura fue el mejor acompañante.

"Cuando escribí el cuento estaba dedicado a Julio Cortázar, pero hoy debo dedicárselo también a mi abuelo que murió hace un par de meses". A él, de quien aprendió mucho del arte de la escritura saluda con "Gracias viejo Guzmán. Ya no le cabían más segundos a la piel, te fuiste de polizón en ese barco que no vuelve a tocar tierra nunca más... luego navegaremos juntos en el barco de Rimbaud".

Ahora sí dan ganas

Verónica Echeverry Alvarán
Servicio Nacional de Aprendizaje SENA (Itagüí, Antioquia)
Email: veronicaecheverry@gmail.com

El gato del narrador de este cuento desapareció. Ya no lo sigue ni ronronea, siempre pendiente del paso de quien cuenta esta historia. Ahora sí dan ganas es una narración donde la ausencia del felino genera una serie de recuerdos sobre este ausente acompañante.

El cuento es una descripción de las características del gato y una serie de conjeturas por parte del narrador sobre el paradero del felino. ¿A dónde se iría? ¿Quién se lo llevaría? Las constantes imágenes, sonidos y sensaciones que llegan al narrador evocan profundamente al gato. Una historia de cariño y de tristeza.

Verónica Echeverry Alvarán

Para Verónica Echeverry, la joven autora de Ahora sí dan ganas, la inspiración vino de distintas maneras: los libros y la vida misma. La narración de esta novela fue motivada por Dormir a sol, la novela breve del argentino Adolfo Bioy Cáceres que ella estaba leyendo cuando escribió su cuento.

"A esa inspiración literaria se le sumó el ingrediente más importante: la vida de los demás, de aquellos con los que te encuentras en un instante breve y aquellos con los que compartes una conexión vital más profunda", señala esta estudiante de Diseño de Multimedia que pronto obtendrá su titulo y que ahora es una de las cuentistas revelación del país al ser reconocida como una de las ganadoras del Cuarto Concurso Nacional de Cuento.

"La sensación de soledad, la incapacidad de enfrentar el fracaso y cómo ante la ausencia de un vínculo con el ser que se ama intentamos buscar en otros seres eso que el otro no nos da, en este caso es un gato el compañero incondicional, ese que sin importar cómo te veas o cómo seas, está ahí para acompañarte, para darte su cariño", comenta esta joven escritora.

Para Verónica la literatura es un viaje por multitud de géneros y gustos personales que varían por épocas y recuerdos. Últimamente se ha sentido atraída por la literatura infantil y destaca obras entrañables como el torito fiel de Ferdinando, el toro de Munro Leaf, las fábulas de Samaniego e Iriarte y los cuentos y poemas de Jairo Anibal Niño.

Sin embargo su recorrido por los gustos literarios se extiende por otros terrenos. La novela histórica, policíaca o detectivesca (Sir Arthur Conan Doyle y Edgar Allan Poe han estado entre sus autores más leídos), la novela y el cuento latinoamericanos (sus favoritos son Juan Rulfo, Horacio Quiroga, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares) y autores mundiales como Óscar Wilde, Virginia Woolf, Antonio Tabucchi, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.

Apasionada del baile y de la música, esta talentosa mujer reconoce que su participación en el certamen fue un acto de fe. "Al cuento le eché todas las bendiciones (ríe). En realidad, fue un procedimiento muy sencillo, no me tomó mucho tiempo. Lo envié con la mejor energía. Sabía que mi corazón estaba allí, como en todo lo que escribo, así que me dije, 'bueno, que encuentren tu valor literario, a ver si lo tienes; si no, pues hay que seguir trabajando con el mismo ardor de siempre'. Y ya".

Este acto de fe cuenta con el respaldo de varias personas a las que ella dedica el cuento. Sus amigos más cercanos tienen un lugar en ese trabajo, pero especialmente quienes han sido fundamentales en la formación y gusto literario que la hacen merecedora del reconocimiento nacional: sus padres, su novio y sus maestras de literatura.

El juez sin rostro

José Alexandre Rodríguez Leudo
Universidad del Quindío (Armenia)
Email: alekslrsilver@gmail.com

Un duelo de egos donde los poderes y las responsabilidades de cada uno de los protagonistas determinan la suerte de esta historia que enfrenta a un juez sin rostro contra un narcotraficante. La espera de la condena, las impresiones y gestos del juez, la mirada retadora del acusado y el silencio que rodea a la sala hacen de esta sesión final del juicio un momento tensionante que transmite ansiedad.

La observación del acusado es la que conduce la guerra fría que se percibe entres los dos protagonistas, instantes antes de la sentencia final: "setecientos veinte meses de prisión en una cárcel de máxima seguridad", sesenta años, la máxima condena, dictada por este juez que no verá su cara como lo narra de manera amenazante el narrador de esta historia.

José Alexandre Rodríguez Leudo

"Escribo desde hace un buen tiempo. Cuando siento el deseo de manifestar los sueños, los temores, las alegrías y las frustraciones en un papel, siempre hay temas que te parecen más que interesantes, enigmáticos", explica José Alexander Rodríguez, quien afirma que para su cuento las sensaciones fueron las que lo inspiraron a escribir El juez sin rostro, el cuento que lo hace uno de los ganadores del Cuarto Concurso Nacional de Cuento.

"El cuento nació como un experimento tratando de evocar el misterio que esconden esos personajes, y que fluye como una vaharada invisible cada que escucho hablar de sus diversas actuaciones. Y cuando se va avanzando a través de los párrafos se logra transmitir esas emociones al texto, las cuales uno espera que se engendren en los lectores para permitirles vivir un poco de ti", explica.

Con 26 años, este chocoano que acaba de terminar sus estudios de Medicina en la Universidad del Quindío y que actualmente se encuentra en el internado rotatorio en el Hospital Universitario San Juan de Dios de Armenia, es un amante de la literatura. "Me gusta la narrativa, disfruto los cuentos y novelas, sobre todo las que se entretejen en la cruda realidad del ser humano, por eso me gustan escritores tan variados como Dostoievski, Kafka, Onetti, Rulfo, Saramago, Cortázar, London, Poe y Hemingway", explica.

José Alexander ve el concurso como la posibilidad de intentar crecer en la forma de escribir, y a su vez destaca la gran cantidad de atractivos que lo hicieron participar y ganar: la asistencia al Hay Festival con grandes escritores, la oportunidad de recibir un premio de literatura frente a ellos, la importancia de los jurados en el mundo literario y la publicación del cuento en un libro, que es reconocido desde antes de ser publicado, lo llenan de alegría y "dan un impulso para continuar en este hermoso, pero arduo camino".

Su vida, dedicada en gran parte a la medicina, la alterna con el poco tiempo que le queda para leer y escribir, "aunque el cansancio físico y mental llega a ser tanto que es realmente imposible, y duermo sabiendo que pronto empezará un día más de internado", afirma. Como buen creyente de Dios le dedica a Él especialmente el éxito que este cuento ha tenido en el concurso, un proceso que no sería posible sin el apoyo de su familia y de sus compañeros de estudio y de internado.

La hoja de papel

Óscar Humberto Mejía Blanco
Universidad Industrial de Santander
Email: orestesatrida@hotmail.com

El escritor se sienta en su mesa y comienza a crear imágenes en el papel. Es entonces que nace de su imaginación todo un mundo donde los gorriones son protagonistas. Lo que este autor crea es una serie de imágenes y escenarios que van cambiando y que van generando sensaciones en él.

Las imágenes que se muestran en La hoja de papel son el ejemplo de la vida que puede dar un escritor a las imágenes que de su mente llegan a las letras. Con palabras transmite sensaciones que van atrapando al lector llevándolo a sentir las mismas emociones que el escritor plasmado en este cuento siente.

Óscar Humberto Mejía Blanco

Escribir como si estuviera dibujando. Esa fue la intención de Óscar Humberto Mejía al escribir La hoja de papel, el cuento que creó a partir de ideas iniciales (una historia sobre su abuelo Cristo Antonio, esbozos de papel que habían caído al piso como cadáveres y la inspiración definitiva de un poema de Julio Cortázar).

Su creación es un ejercicio natural para Óscar Humberto Mejía, quien participó en el Cuarto Concurso Nacional de Cuento siendo estudiante de Licenciatura en Español y Literatura de la Universidad Industrial de Santander en Bucaramanga. Ahora, ya graduado, es reconocido como uno de los ganadores del certamen, noticia que reconoce lo sorprendió.

Escribir para él es un hábito que se remonta a su niñez. "Mi hermana nació (mis padres no estaban muy convencidos de querer tenerla) gracias a una carta que le escribí a mi abuela para que ella interviniera y abogara por una bebita", recuerda, añadiendo que ese gusto por escribir también tiene influencia en su papá, quien componía canciones y escribía las letras, cosa que le gustaba observar. "A los 4 años compuse las mías, y luego vinieron los amores imposibles con esas maneras de romperte el corazón, maneras que me sentaron a escribirles cosas a todas esas chiquillas asesinas de mal corazón. Escribir y escribir", recuerda este joven literato.

Ya en la universidad, este joven de 25 años pensó que el concurso le daba la oportunidad de demostrar esas pequeñas experiencias, de mostrar algo de madurez en la escritura, oficio al que se dedica diariamente. "Debo decir que he participado en todas las versiones anteriores del Concurso Nacional de Cuento, pero esta vez con éxito", señala con entusiasmo.

Sus gustos literarios se inclinan por la literatura fantástica porque las obras de este tipo le recuerdan la atmósfera de los sueños, los cambios inesperados, desconcertantes y absurdos. "Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, el (Juan) Rulfo de Pedro Páramo, Juan José Arreola, H.G Wells, 'Édgar Allan Poe, Óscar Wilde con sus fantasmas y pactos diabólicos...", como destaca. "Yo le huyo a la realidad, la niego; por eso mi gusto por este tipo de literatura".

En cuanto a agradecimientos afirma que "tendría que hablarles del apoyo de amigos y profesores, personas que sacaron un poco de su tiempo para leerme. Con relación al hogar, creo que cuento con una mujer maravillosa a mi lado, que me ha dado su apoyo siempre: mi mamá. Ella que, cuando he sido publicado, llama a mis tíos para decirles 'Osquitar quiere ser escritor'".

El siguiente

Alejandro Martínez
Universidad Nacional de Colombia (Bogotá)
Email: alejandromartinezmu@gmail.com

Si alguna vez ha tomado un 'digiturno' sabe lo que es estar sentado esperando a que lo atienda un funcionario de alguna entidad. La otra cara de la historia la cuenta Alejandro Martínez, con una narrativa audaz e inteligente, la historia de un funcionario público descontento con su trabajo que siente que puede hacer algo por un desconocido que se acerca a su cubículo poco antes de la hora de salida de un tortuoso día.

El siguiente cuenta la historia de un engaño y de una vida infeliz, un cuento que no nos dejará mirar de la misma manera a nuestros interlocutores cuando regresemos a un servicio al cliente.

Alejandro Martínez

Alejandro Martínez es un estudiante de décimo semestre de Derecho cuya pasión siempre ha sido la literatura. No solo escribe bien, como quedó demostrado en esta versión del Concurso Nacional de Cuento, sino que es un lector apasionado que habla con fluidez de sus autores y libros favoritos.

Destaca a "José Saramago, de quien he leído varios libros: La caverna, ensayo sobre la ceguera y sobre la lucidez, todos los nombres y el hombre duplicado; La insoportable levedad del Ser de Milan Kundera; La mujer de arena de Kobo Abe; Varias cosas de Kafka (El Aleph en especial) y todos los demás cuentos de Borges y Camilo José Cela, entre otros". Señala que el tedio de la vida de burócrata lo inspiró a escribir esta historia que ahora lo hace merecedor del reconocimiento nacional.

La experiencia de escribir no es nueva para este estudiante, que sí necesito de su madre para decidirse a participar en esta convocatoria literaria. Comenta que los hechos que suceden en su cuento son episodios que no quisiera protagonizar nunca en el desarrollo de su vida profesional, y dedica el cuento y su éxito en el certamen a quienes no creyeron en él como abogado, pero sí como escritor.

El loco y el mar

Hamilton Barrios
Universidad Nacional de Colombia (Bogotá)
Email: contentoyenamorado@hotmail.com

Es un cuento que narra cómo la marea atrapó al protagonista. Una historia que, como dice su autor, no tiene ninguna palabra usada al azar, es una narración de héroes de harapos, de soñadores, de imposibles y de incrédulos.

Es un cuento sobre la vida, las pasiones y un humilde loco que lleva a cabo todos sus proyectos, la historia de un exitoso en medio de la sierra y el mar que busca sus sueños en medio de la marea violenta del pacifico.

Hamilton Barrios

A Hamilton Barrios le faltan pocos meses para graduarse de arquitectura. Sin formación académica en letras es ya un gran escritor, aunque ni él ni sus allegados lo sepan. Lo que le sobra en palabras le falta en conocedores y admiradores de su impecable trabajo. Quizás él mismo tenga algo del loco que describe en el cuento por el que nadie apostaría un centavo (según sus propias palabras).

Es un lector disciplinado de 25 años, un hombre de narraciones detalladas y palabras precisas, de detalles sutiles, de pensamientos brillantes y de adjetivos adecuados. Gran observador que dice dedicarle su primer triunfo literario a la que quizás sea su única lectora, una mujer que en otras épocas fuera su inspiración y quien es probablemente la única que a voluntad ha leído sus líneas, Angélica García.

"Me gustan las novelas escritas en español que me permitan establecer un diálogo de primera mano con el autor", señala, agregando que en el proceso de traducción desafortunadamente se filtran y se pierden elementos importantes de la idiosincrasia de la historia. "Me gustan los relatos imaginativos, escritos inteligentemente, en los que ninguna palabra es utilizada al azar. Me gustan las obras creativas tanto en el uso del lenguaje como en la historia que cuentan", destaca con notable entusiasmo este estudiante de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia.

La experiencia del certamen no es nueva para Hamilton. "Con otros cuentos había quedado entre los 200 en el primer concurso y el año pasado entre los 90 finalistas, creo que la motivación entonces era la certeza de que podía ganar", recuerda. El texto con el que participó en esta última versión cambió drásticamente con el paso de los meses, incluso la idea original, debido esto a la dificultad de poner en palabras ideas que en apariencia eran muy sencillas pero que resultaron difíciles de desarrollar.

El boquinche

Julián David Carvajal
Universidad del Valle (Valle del Cauca)
Email: juliandavidcarvajal@hotmail.com

La particular forma de hablar de un vendedor de minutos y el telón de fondo de su diario vivir, son el escenario del cuento El boquinche. Un hombre que, con historias mal contadas y con palabras amarradas, logra envolver a sus clientas que se dejan llevar en posnarraciones de historias tristes y desgarradoras que lentamente las van atrapando.

El protagonista no puede hablar bien, pero la palabra es su arma más letal. ¿Por qué sufren sus víctimas? ¿Qué historias cuenta el boquinche? La curiosidad puede costarle la vida.

Julián David Carvajal

Julián David es estudiante de Literatura de la Universidad del Valle. Su caminar es una búsqueda incesante de historias y de personajes que luego ocuparán lugares de privilegio en sus narraciones. Es disciplinado y un asiduo lector. Hoy en día está enamorado y esa relación está presente en su agenda diaria, al igual que la palabra de Dios y el deporte.

Le gusta que colegas y amigos lean sus historias, no en búsqueda de compensación, sino para que le hagan comentarios que lo lleven a mejorar. Sus historias llevan un trabajo de artesano arduo y exigente, y explica y comenta que el cuento ganador cambió de final varias veces antes de lanzarlo a concursar.

"La experiencia de escribir el cuento y registrarlo en la web fue tensa y enriquecedora porque yo revisaba una y otra vez el cuento, lo limpiaba, le cambié el final en varias ocasiones y, cuando por fin lo fui a registrar, tenía más caracteres de los permitidos. Eso me enseñó que la escritura requiere de un trabajo artesanal arduo y disciplinado", cuenta esta joven promesa de la literatura colombiana.

Luna menguante

Juan David Gómez Martínez
Universidad Nacional de Colombia
Email: juanrock555@hotmail.com

Luna menguante es la historia de un hombre, al que se le va acabando la vida poco a poco. Las vivencias de este hombre y su relación con su propio cuerpo resultan hilarantes al inicio de la historia, pero con cada palabra escrita por el autor, se torna dolorosa y angustiosa, llevando implícita una profunda reflexión sobre la vida, el cuerpo, la mente y el corazón.

Quien lo lee no puede dejar de pensar en sí mismo como el protagonista de la historia. Cada lector se sumerge en la impotencia del protagonista y sufre, siente las ausencias y se pregunta qué le diría su cuerpo si pudiera hablar. Una historia conmovedora hasta las entrañas.

Juan David Gómez

Juan David se describe como un hombre práctico. Él no se va con rodeos cuando de hablar de su vida se trata. Asegura que la inspiración no debe llegar a quien escribe, que seguramente lo hace basado en experiencias de vida, en recuerdos, en amores ingratos, sino a quien lee, pues es el lector el que debe atar cabos y sumergirse en la historia.
Le gusta la lectura como a todo escritor y sus autores favoritos son, entre otros, Julio Cortázar, Edgar Allan Poe, Ernest Hemingway y Antón Chéjov.

Asegura que la principal motivación que lo llevó a participar es ganar y de este modo que muchas más personas puedan leer su historia. Además, dice que su gusto por la lectura se lo debe en gran parte a su padre, quien le regalaba libros, y a la biblioteca de su colegio, y que pese a su carácter pragmático le dedica este libro a la mejoría de un profesor de colegio y "otras personas vivas" que no atina a mencionar.

Juan es estudiante de Ciencias Políticas, pero ahora lo que menos le gusta es la teoría, la política que lo apasiona es la que es práctica.