Actualizado el 19 de Septiembre de 2012

Encontré en la literatura y el lenguaje una posibilidad para encontrarme con la vida. Giovanny Castañeda Rojas

Llegué por primera vez a una escuela pública cuando tenía nueve años y motivado por la necesidad de poder leer los periódicos y escribir cartas como mis hermanos mayores. Tuve la fortuna de estudiar en una escuela de sur de Bogotá, en medio de un bosque de pinos cuyo olor quedó grabado en mi mente por siempre.

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Llegué por primera vez a una escuela pública cuando tenía nueve años y motivado por la necesidad de poder leer los periódicos y escribir cartas como mis hermanos mayores. Tuve la fortuna de estudiar en una escuela de sur de Bogotá, en medio de un bosque de pinos cuyo olor quedó grabado en mi mente por siempre. Mi uniforme era color café como mi maleta, y mi cartilla con que aprendía a leer estaba forrada en un plástico trasparente que cubría no solo su carátula, sino también los años y las manos de por lo menos cinco de mis hermanos que habían sido sus dueños antes. Mi papá muy de mañana nos llevaba siempre a la escuela junto con mis hermanos, luego que mamá revisaba que cada uno íbamos limpios y organizados a estudiar, luego con un beso en la frente aprobaba la partida.

No habían pasado muchos años desde mi primer encuentro con la lectura y la escritura, y un día de pronto, cuando hacia el grado décimo, me encontré con un libro de poesía cuyo subtítulo era "Los poetas malditos", allí comienza un camino el cual fui acompañado por una profesora maravillosa que me permitió encontrar en la literatura y el lenguaje una posibilidad para encontrarme con la vida.

Así, entre libros, imágenes y conversaciones con los amigos, comenzaron a pasar los días y las noches, cada vez poco más viejo, y de pronto, ya me encontraba con un grupo de estudiantes, ahora en mi rol de maestro. Nunca me llamaron "profesor" tan vez porque no sintieron así, simplemente Giovanny, Giova, Giovanoty o simplemente Gio, esta última la más sonora a mis oídos y la que aún permanece para los amigos.

De eso, han pasado 18 años en los cuales he trabajado en el preescolar, la primaria, el bachillerato y la universidad, creo que eso ha sido algo mágico y lo que me ha permito entender la educación, pero sobre todo el haber aprendido de ellos, mis estudiantes, a quien les debo lo que hoy soy, también a mis profesores quienes siguen soportado mis apuntes disparatados y críticas vehementes en nuestros encuentros, y seguir de esta manera en mi condición de estudiante permanente.

Finalmente, con mucho orgullo puedo decir que soy un maestro gracias a la educación pública, aquella que un día, cuando yo tenía 9 años de edad, me permitió aprender a leer y a escribir y hoy desde un aula de doctorado me acoge para continuar en la formación para ser una mejor maestros cada día y poder, desde mi rol de Formador, contribuir a cualificar los aprendizajes de los niños y los profesores de Colombia.

Giovanny Castañeda Rojas
Formador: Santa Cruz de Lorica y Sahagún, Córdoba.
gcastaneda@mineducacion.gov.co

Encontré en la literatura y el lenguaje una posibilidad para encontrarme con la vida. Giovanny Castañeda Rojas