Actualizado el 11 de Septiembre de 2012

"La educación es el arma más poderosa con la que puedes cambiar el mundo" Yency Yanneth Castro Ramírez

Mi nombre es Yency Yanneth Castro Ramírez, mamá, hija y esposa. Haciendo un inventario de la vida que me correspondió vivir, tengo claras dos cosas: me sorprende la velocidad del tiempo y me sobresaltan las vueltas al que mundo nos somete.

Mi nombre es Yency Yanneth Castro Ramírez, mamá, hija y esposa. Haciendo un inventario de la vida que me correspondió vivir, tengo claras dos cosas: me sorprende la velocidad del tiempo y me sobresaltan las vueltas al que mundo nos somete. Nací en Bogotá, ciudad que amo y la que en gran medida me ha brindado las mejores cosas que hoy tengo.

Soy educadora y al analizar esta condición considero que nunca pude haber sido otra profesional. Mis padres siempre tuvieron una permanente cantaleta: "La única herencia que les podemos dejar -hablándoles a sus tres hijos- es la educación", extraordinario e invaluable legado.

La escuela José Antonio Baraya en el barrio Olaya, fue la institución que comenzó a forjar la mujer que soy, allí hice mi primaria y a pesar que nos trasladamos de barrio cuando estaba en cuarto grado, mi padre prefirió que sus hijos, aún niños, se sometieran a las inclemencias del transporte público de Bogotá y no al cambio de maestros y compañeros, ¡Otro gran acierto!.

La educación media la hice en el colegio departamental Liceo Femenino de Cundinamarca, de grandes afectos pasados y presentes. Los estudios superiores los desarrollé en la Universidad Distrital "Francisco de José de Caldas" y Universidad Pedagógica Nacional, espacios educativos oficiales, que han hecho que me sienta comprometida y en deuda con mi país.

Hoy encuentro que no he hecho otra cosa que discurrir por el ejercicio y la experiencia de estudiar, ¡Como no, soy educadora! Dos diplomados uno en ciencias y tecnología y otro en docencia universitaria, estudios de especialización en informática, un pregrado, una maestría y diferentes seminarios de educación matemática. Ahora también comprendo que este camino me ha llevado a buscar el conocimiento y a construirlo por mi cuenta. Disfruto enormemente de la lectura, el buen cine y todo aquello que contribuya a expandir mi horizonte.

Mi experiencia laboral de quince años por todos los niveles del sistema educativo de Colombia ha hecho que cada vez comprenda más la responsabilidad de ser parte de este complejo sistema. Estar dispuesto a cambiar, reconocer que tenemos deuda con las nuevas generaciones, que el trabajo duro y disciplinado transforma nuestra realidad y que en el aula de clase no hay limitaciones para crear e inventar, debe ser el sentido de cualquier profesional de la educación hoy. No existe otro lugar más ideal para abonar, para plantar y para hacer transformaciones que la propia escuela. Es en este espacio donde un país se juega su futuro, donde crea o destruye.

Considero que el programa "Todos a aprender" del que hoy hago parte, con mis tutores del Meta, es la oportunidad de muchos niños y niñas de escasos recursos económicos hacia obtener una educación de calidad, que les proporcione herramientas para visionar su vida, tener sueños y esperanza, hacer posible su felicidad y acceder a una vida y a un lugar en el mundo dignos.

Por otro lado, se pone en nuestras manos, es decir, las de los maestros en Colombia, las banderas de liderazgo de este programa. Esta oportunidad nos abre la puerta a hacer autogestión, a proponer y poner en marcha nuestras ideas, a mostrar cuanto amamos lo que hacemos y cuanto nos importa nuestros estudiantes, a medirnos en lo que podemos dar y hacer, desde nuestras posibilidades personales y académicas.

Siempre veía con escepticismo los proyectos y programas que las diferentes administraciones del país ponían en marcha. Desde la comodidad que proporciona un trabajo en la capital del país no entendía las necesidades y condiciones de esa otra Colombia a la que el programa "Todos a aprender" busca llegar. Ahora pienso que puedo contribuir a mejorar la calidad de la educación que reciben los niños y las niñas a través de este proyecto. Haciendo este ejercicio de introspección y de inventario encuentro que se ha convertido en mi reto personal.

Las necesidades en las regiones, las circunstancias de violencia y desolación, a las que están expuestos cada vez más los niños y las niñas, hacen que estos evidencias un futuro sin esperanza, sin oportunidad, y que cada vez más su desaliento, indiferencia, incredulidad y disposición al cambio, abonen un terreno propicio para que se encube el atraso de nuestro país.

Pensar que puedo contribuir a mejorar la calidad de la educación que reciben a través de este programa, me hace volver al pasado y encontrar que no existe mucha diferencia entre lo que viví y lo que la vida me ofrece en este momento: contribuir a mejorar las posibilidades de poblaciones que cuentan con recursos económicos mínimos, que se enfrentan a condiciones sociales difíciles y adversas, padres que ven en la educación la única oportunidad de un futuro mejor. "Todos a aprender" es una puerta honesta por donde con trabajo y tesón debemos entrar para buscar el cambio que el país necesita.

George Orwell dice: "Lo característico de la vida actual no son la inseguridad y la crueldad, sino el desasosiego y la pobreza"

Yency Yanneth Castro Ramírez