Jorge Eliécer Sabas Bedoya (*)

Por décadas, Risaralda ha tenido un liderazgo importante en el tema ambiental, cuyo origen se remonta a la declaratoria del río Otún como área de interés general para la Nación, en 1951. Un liderazgo que se materializa en el interés por alfabetizar y sensibilizar en temas ambientales, al igual que en su reivindicación como nodo de una propuesta pedagógica y su inclusión en los instrumentos para la planificación del desarrollo.

En 1998, en los inicios del trabajo de institucionalización del tema educativo ambiental, se hizo un barrido por todo el departamento y se visitaron las experiencias exitosas. Así, se descubrieron las fortalezas de los proyectos ambientales y de las instituciones comprometidas con el tema; y también se apoyó su formulación, pretendiendo alcanzar una sinergia departamental. Se recogieron las distintas iniciativas en una propuesta para educar en las ciudades, a partir de proyectos pedagógicos complementarios o articulados a la educación formal; el resultado inicial fue Risaralda Educadora.

Con una red de instituciones y de personas se consolidaron en los municipios equipos integrados por profesionales del Ministerio de Educación y de diversas disciplinas e instituciones, lo que dio origen en 1999 al Comité Técnico Interinstitucional de Educación Ambiental de Risaralda (CIEAR). De este proceso nació el Plan Quinquenal de Educación Ambiental, que posteriormente se articuló al Plan Decenal de Educación, en lo referente a la competencia en el tema ambiental de los centros educativos públicos y privados.

En el municipio de Pereira, este proceso departamental tuvo su equivalente en el Comité Municipal de Educación Ambiental (COMEDA), que logró la participación efectiva de instituciones como: Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER), Universidad Tecnológica, el zoológico, Aguas y Aguas, el Comité de Cafeteros, directores de núcleo y, desde luego, la Secretaría de Educación Municipal. Fue importante el liderazgo moral de las autoridades administrativas y el trabajo permanente con la red de instituciones dedicadas a la formulación de la política ambiental.

Hoy continúa la labor en 38 de las 60 instituciones educativas de Pereira, con PRAE formulados y funcionando, y se destacan cerca de 50 profesores que se han apropiado del tema quienes, además de liderar acciones que comprometen a la comunidad, fomentan la transversalidad de lo ambiental en la educación artística, científica y ciudadana. En este sentido, el PRAE es la herramienta que garantiza su transversalidad en el Proyecto Educativo Institucional (PEI). Para el PEI son importantes los insumos provenientes de comités como CIEAR y COMEDA, donde se trazan lineamientos de democracia ambiental, a ser practicados por las comunidades educativas. Sin embargo, el PEI también tiene que agotar la posibilidad de comprometer a la comunidad educativa en el estudio y la efectiva intervención en su entorno, para estudiar y resolver problemas propios de la cotidianidad. Es de esta manera como se convierte en un instrumento de transformación cultural.

La cohesión institucional y la participación de la comunidad educativa son indispensables para lograr que los PEI y los PRAE se formulen integralmente, y se ejecuten más allá de la institución escolar. Para seguir apoyando la causa ambiental es necesaria la convicción y el acompañamiento de los gobiernos departamental y municipal y el respaldo de las comunidades educativas a los docentes.

(*) Abogado con especialización en derecho laboral y relaciones industriales, fue alcalde de Dosquebradas y funcionario de diversas instancias de gobierno, a nivel departamental y municipal. Actualmente es director del Instituto de Cultura de Pereira.