La Revolución Educativa se ha fijado como estrategia principal la transformación de la gestión de la educación en Colombia, con el fin de que en el 2006, podamos dejar estructurado en el país un sistema que asegure en el tiempo que todos los niños puedan acceder a la educación. El reto es doble porque se requiere que el paso por la escuela garantice el desarrollo de habilidades y capacidades que permitan a todos los colombianos seguir aprendiendo, mejorar su calidad de vida y, aportar para que el país pueda progresar en el mundo contemporáneo utilizando todo su potencial.

Para lograrlo, en estos dos primeros años, hemos basado nuestra acción en políticas para la ampliación significativa de la cobertura, lo que nos ha permitido cumplir con la mitad de la meta propuesta para el 2006. Se han generado en el sistema público 735.213 cupos adicionales. Con este aumento, la matrícula oficial pasó de 8.297.845 en 2003 a 8.555.460 en 2004, y se incrementó en tres puntos la cobertura bruta, que pasó del 82 al 85 por ciento.

Con las estrategias de asignación de recursos por estudiante efectivamente matriculado, la reorganización, y apoyo al acceso de la población más vulnerable, los departamentos y municipios, bajo el liderazgo de los gobernadores, alcaldes y secretarios de educación, han desarrollado políticas y planes educativos con el objetivo de mejorar el acceso y la permanencia de los estudiantes, combatir las causas de la deserción y la inasistencia escolar y llevar educación de calidad a poblaciones que antes estaban excluidas del sistema, como las poblaciones étnicas, rurales, desplazadas, en extraedad, con limitaciones o necesidades especiales, atendiendo sus necesidades y adecuando la oferta a sus características particulares.

Tanto en la política de aumento de la cobertura como en la de mejoramiento de la calidad, los niños y los jóvenes son el eje del sistema, y con este principio hemos volcado toda nuestra capacidad a producir cambios en la gestión de la educación a nivel nacional y regional para buscar la eficiencia en el cubrimiento y atención de sus necesidades. Esta nueva visión exige que todos aquellos que estamos involucrados con esta misión, desde autoridades nacionales, departamentales y municipales, hasta los rectores, directivos y maestros estemos dispuestos a generar información oportuna, a establecer nuestros roles, a planear nuestra acción, a determinar las prioridades y actuar de manera organizada para lograr nuestro objetivo.

El 2005 plantea un gran reto al sistema educativo: llegar a la matrícula con un conocimiento previo de la oferta educativa y la población por atender; hacer de ésta una información oportuna y confiable y, con base en ella, organizar y focalizar; diseñar y planear las estrategias y hacer una asignación más eficiente de los recursos, de manera que puedan cumplir sus metas de aumento de la cobertura.

En esta tarea quienes se encuentran en la línea del frente son las instituciones educativas responsables de realizar la matrícula. Estas deben buscar en primera instancia la continuidad de sus estudiantes en el sistema y tratar las razones de quienes van a dejar la escuela para tratar de superarlas. Asimismo deben las instituciones proyectar sus posibilidades de ampliación de la matrícula para dar la información sobre los nuevos cupos a las secretarías y ponerlos a disposición de los nuevos estudiantes. Las entidades territoriales, además de planear todo el proceso de matrículas deben apoyar a las instituciones educativas en este esfuerzo, y garantizar la información oportuna a los padres de familia sobre las posibilidades de cupos del sistema.

Si realizamos este proceso de matrícula con la anticipación y el orden necesarios, podremos mejorar el ajuste del sistema para atender oportunamente el aumento de la matrícula. Con la información oportuna deben las secretarías planear la ubicación de los maestros y pueden atender a sus solicitudes de traslados, y garantizar la provisión oportuna de las dotaciones requeridas.

Especial cuidado debe hacerse en este proceso a la ubicación de las poblaciones especialmente vulnerables como son los desplazados, los discapacitados, los indígenas y las poblaciones rurales mas dispersas. Con información oportuna se hará posible su inclusión en el sistema. El objetivo final es que los beneficiarios directos de todo este esfuerzo colectivo sean los estudiantes colombianos.