El reto de ampliar la cobertura no sólo implica recursos financieros o costosas infraestructuras físicas. En muchos casos se trata de tener ganas de trabajar y de hacer bien las cosas para que los niños, las niñas y los jóvenes de una región accedan al sistema educativo. Así lo han demostrado en Colombia más de 40 municipios que gracias a la iniciativa y al esfuerzo de sus comunidades han logrado que por lo menos el 95% de su población en edad escolar ingrese a las aulas y permanezca en ellas.

Iniciativas como proporcionar uniformes, zapatos y textos educativos; coordinar transporte escolar hasta los sitios más apartados; realizar alianzas estratégicas para ofrecer almuerzos y refrigerios en las instituciones educativas, forman parte de las distintas acciones que se ingenian los municipios para que sus estudiantes accedan al sistema escolar.

El caso de Manatí, Atlántico

Manatí es un municipio que hasta hace poco tenía el título de ser el segundo municipio más pobre de Atlántico. Sin embargo, la decisión de un alcalde y de su comunidad educativa permitieron realizar un censo, casa por casa, para determinar quiénes estudiaban, quiénes no y las causas.

En el proceso se descubrió que la mayoría de los niños no asistía a la escuela porque no contaba con los recursos económicos, ni con los elementos para hacerlo (uniformes, zapatos, textos). Entonces el alcalde decidió, con un gran esfuerzo económico, garantizar los cupos en el sistema escolar y proporcionar lo necesario para que los niños pudieran asistir a clase en condiciones dignas.

Manatí logró aumentar la cobertura al 100% y, para mejorar procesos de calidad, suscribió un convenio con la Universidad del Atlántico para ofrecer gratis a los docentes programas de pregrado en educación de idiomas, sociales y preescolar.

Para la muestra... el Von Humboldt

¿Cómo hace una institución oficial, que atiende a estudiantes de estratos medio y bajo, que no cuenta con acceso a las nuevas tecnologías de información, una biblioteca adecuada ni espacios de recreación y cultura, para ubicarse entre las mejores 100 del país? La respuesta hay que buscarla más allá de los espacios físicos del plantel pues está en la mística, el entusiasmo y el compromiso de un grupo de docentes.

El Instituto Alexander Von Humboldt de Barranquilla es pionero en América Latina en la atención de niños con capacidades excepcionales o con talentos. A pesar de contar con lo mínimo necesario para adelantar su labor académica, ha logrado su propósito de atender a una población que requiere de atención especial y, que en este caso, pertenece a los estratos sociales más desfavorecidos.

El rector, José Rodolfo Henao dice que "el secreto está en la mística, en la entrega y en el compromiso de los docentes con los procesos de enseñanza de sus estudiantes. Son aspectos aparentemente poco notorios, que dan sus frutos cuando vemos que el Instituto se ubica cualitativamente en el mismo nivel de las mejores instituciones privadas de la ciudad".

La institución le apunta a potenciar las capacidades de los estudiantes. "No tanto a reconocer que existen niños que son extraordinarios y sobresalientes por naturaleza, sino a considerar que cualquier niño bien estimulado puede llegar a ser buen estudiante", afirma Henao.

En ese sentido, el Alexander Von Humboldt adecúa sus currículos para atender los talentos y las excepcionalidades. Por cada curso hay 3 ó 4 alumnos con esta característica, y para ellos hay atención especial porque "estos niños van mucho más allá del ritmo de los demás estudiantes, lo cual es muy bueno". Por eso, el colegio se compromete a darles respuesta a través de una adecuación curricular que atienda sus condiciones.

Gracias a la iniciativa y al esfuerzo de sus comunidades, más de 40 municipios han logrado que por lo menos 95% de su población en edad escolar ingrese a las aulas y permanezca en ellas.