Desde que en el Instituto Mistrató (Risaralda) empezamos a integrar niños y niñas con necesidades educativas especiales, hemos tenido experiencias muy significativas: con la niña invidente, con el niño indígena con discapacidad física (protagonista de una de las doce historias de vida del Risaralda) y otras más, entre las cuales destaco este año la de María Yamile López Ramírez, una niña de 10 años que presenta discapacidad cognitiva y cursa grado 2° en básica primaria.
Lo que más me preocupó fue ver cómo la niña memorizaba mecánicamente, y cómo la lógica y el análisis no habían sido estimulados.
Inicialmente me desconcertó sentir la incapacidad para romper las barreras; entonces, lo primero que hice fue aceptar sus ritmos de aprendizaje y saber que mi actitud frente a ella y a su madre, que poco o nada podía hacer en su condición de analfabeta, era lo determinante. Opté por trabajar con la niña horas extra, utilizando en matemáticas manipulación de materiales reales para conteos de uno a cien, en diferentes operaciones. Pero, aparentemente, no se veían los resultados.
Hace dos meses, cuando iniciamos multiplicaciones mediante el conteo de dos en dos, de tres en tres, etc., para el aprendizaje de las tablas, a la par empezamos a multiplicar. Era un ejercicio que se hacía con todo el grupo, pensando en la manera más fácil para que la niña entendiera el proceso. Lo hicimos muchos días como rutina: primero con los elementos, luego con dibujos y, por último, sin apoyo visual.
Hoy, terminando octubre y para sorpresa mía, al evaluar el proceso del grupo, niño por niño, mediante la lúdica, María Yamile responde, casi que a la par del grupo, en cuanto a la lógica de las matemáticas. Y fue más grande mi sorpresa, cuando me di cuenta de cómo la búsqueda de soluciones para un sólo niño ayudó a mejorar los procesos de aprendizaje de todo el grupo.
María Yamile ha mejorado notablemente en todas las áreas, lo que le da mayor seguridad.
Hoy no espero que su barrera cambie o desaparezca, pero aprendí que la actitud positiva de los maestros frente a la diversidad, una buena pedagogía, amor y perseverancia son claves para brindar oportunidad de educación con calidad, para todos y todas.
(*) Docente del Instituto Mistrató.
Las enseñanzas de María Yamile, al tablero no.43 |