La gestión educativa también tiene que ver con el espíritu comunitario y el sentido de pertenencia. Prueba de ello es la experiencia del colegio Gustavo Cote Uribe y de la comunidad del Barrio María Paz. Allí, en una zona en la que buena parte de sus habitantes ha tenido que convivir con entornos de conflicto y desplazamiento, se ha logrado desarrollar un programa de horizontes sociales y educativos, transformar experiencias cotidianas en asuntos formativos, "una autoestima que mejora constantemente, con confianza y seguridad para vivir, trabajar y educarse".

"En nuestro proyecto, explica Marlene Mercedes Díaz, rectora del Cote Uribe, buscamos una modificación en la cultura del barrio desde la misma formación de los estudiantes", y un cambio de la familia a través de una propuesta educativa, de un proceso de gestión que alimenta el "proyecto de vida de la comunidad".

La labor tiene siete años y de ella hacen parte estudiantes (de Preescolar a Grado 11°), docentes, directivos, padres y madres de familia, autoridades y habitantes. Ejemplo de este proceso de gestión fue el mismo nacimiento de la institución y de la formulación del Proyecto Educativo Institucional. Para ello, se formó una comisión a la que se invitaron docentes, padres de familia y miembros de la comunidad. Fue así como se definió el PEI, como una construcción colectiva, no limitada al entorno institucional.

El proceso de gestión educativa se centra en crear una apropiación de sentido de convivencia, como una unidad organizada con intereses comunes. En él hay una interacción de la vida educativa y el entorno, que se expresa en campañas de seguridad y en el diseño de políticas educativas entre estudiantes, padres y madres, docentes y directivos, entre otros. Padres, estudiantes y docentes participan en la planeación de actividades que se fijan para un período de un año y en la socialización e intervención en el proceso, que incluye actividades y acciones a realizar en el colegio y en el barrio.

Estas prácticas están enmarcadas en un proyecto para el mejoramiento de la calidad educativa, que les permite seleccionar las ayudas educativas, orientándolas al fortalecimiento de su PEI. Se trabaja desde la identificación de las potencialidades de los estudiantes y el fortalecimiento de las capacidades de la comunidad educativa.

La búsqueda de alianza y caminos

Para el inicio del proceso, el colegio tejió alianzas con Comfenalco, "con el fin de que en la jornada complementaria los muchachos trabajaran en deportes, danzas, banda musical y recreación, lo cual fortaleció la participación estudiantil", recuerda la rectora. A partir de ahí se pactaron alianzas con varias entidades e instituciones educativas con el fin de desarrollar los programas educativos, culturales y lúdicos (como las Olimpiadas Escolares), que se desarrollan en el barrio; conferencias, talleres y actividades, en las que participan estudiantes, docentes y padres y madres de familia y que, claro, hacen parte de su cronograma.

"Ahora, el Ministerio de Educación y la UIS nos están acompañando en la propuesta de Convivencia y Sexualidad, construyendo políticas que permitan mejorar estos procesos educativos: martes, miércoles, jueves y viernes estamos en unos talleres con la comunidad y los estudiantes de bachillerato, para participar en la construcción colectiva", agrega Marlene.

Este proyecto de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía lleva como nombre en institución Proyecto por una Vida Bio-Lenta, y le apuesta a la defensa de la vida y a la calma en la toma de decisiones. "Este espacio permite la reflexión sobre nuestras prioridades, gustos, necesidades y valores.

Calidad académica y ética

"Una vida Bio-lenta busca la toma de decisiones sin presiones de la cultura, el medio y las personas que nos rodean, a partir del desarrollo de la autonomía y el pensamiento crítico para la construcción de un proyecto de vida". En este sentido, la educación para la sexualidad relaciona el desarrollo de competencias básicas y ciudadanas con la formación integral de la persona. Para la institución, la calidad académica es inseparable de la calidad ética. Desde el proyecto se han impulsado acciones como la revisión del PEI y el Pacto de Convivencia, contando con la participación de todos los docentes y estudiantes.

Además, los padres de familia se involucraron en el proceso de gestión escolar, como estudiantes en el programa Educación para Adultos que se lleva a cabo los sábados en el colegio. Allí se preparan en talleres que dicta el Sena, y se orientan a la formación educativa y de convivencia.

Ahora, el colegio se identifica entre la comunidad como un centro de desarrollo social. Una muestra de esta labor son los trabajos en el modelo de Granja Integral Autosuficiente, que trabaja la comunidad para poder ofrecer una alternativa laboral a distintos habitantes.

Tener tan claro que se trabaja para el "proyecto de vida de la comunidad", le permite al Gustavo Cote Uribe orientar sus acciones pedagógicas en ese sentido y direccionar todos los recursos y alianzas en un proyecto de gestión coherente.