La educación es un proceso que puede darse de manera cíclica, y permite un desarrollo en el que la propia identificación de los niños como aprendices establece las bases de su papel como futuro educador. La Escuela Normal Superior La Hacienda, de Barranquilla, es un ejemplo de cómo desde los primeros años de vida sus estudiantes se encaminan en la formación que transmitirán cuando lleguen a la adultez.

"En la normal tenemos estudiantes que se forman como maestros. La mayoría de los profesores son educados acá. La sostenibilidad de la escuela radica en este hecho", explica el rector de la Institución, Germán Rivera. "Es un ciclo de 15 años. Los niños entran desde preescolar y terminan sus estudios con el ciclo complementario" (en el que se forma al bachiller de la normal como futuro docente, con título profesional de "Maestro superior"; su duración es de dos años para los estudiantes de jornada diurna y de tres, para los de nocturna). A lo largo de toda su formación, caracterizada por su unidad (los niños entran a la escuela desde preescolar, y sólo en casos excepcionales abandonan el colegio), el estudiante desarrolla unas capacidades pedagógicas que lo distinguirán en su vida adulta como educador, así no sea maestro.

"Yo salí en 1997 como bachiller pedagógico, fue una de las primeras promociones del ciclo complementario" (que empezó en el año 2000), recuerda Juan Daza Giraldo, profesor de matemáticas. "El año siguiente gané el concurso de docentes para llegar a la Escuela. Cuando entré como maestro desarrollamos un proyecto de juegos para manejar actividades extracurriculares, a través de los clubes de matemáticas, y posteriormente esos juegos se implementaron desde preescolar hasta quinto de primaria. De allí creamos un grupo de semilleros de investigación que se dedica a la investigación matemática por medio de juegos didácticos", añade.

Con los niños y niñas

Los futuros pedagogos se enfocan en prácticas por áreas de conocimiento (matemáticas, artes, ciencias naturales, educación física...), aunque en el último lustro la Escuela Normal ha dado paso a prácticas pedagógicas innovadoras, con los "centros de interés" de los alumnos. Los mismos docentes egresados de la normal han incentivado estos nuevos espacios, y la idea es que estén presentes en la formación de los niños.

Los sustentos pedagógicos y la estimulación se basan en las necesidades educativas propias de cada edad. En preescolar hay unos objetivos para desarrollar la creatividad, la autonomía, el sentido crítico, la cooperación, la libertad y la solidaridad hacia el mundo que nos rodea y los otros seres humanos.

Este modelo de "centros de interés" (de los que hay 30 en la Escuela, con un total de 60 maestros) potencia las habilidades favoritas de los estudiantes, según su inclinación. "Tenemos más que todo una práctica educativa diversificada, respetando los gustos y los intereses. Aquí la práctica es diversa (...) Por ejemplo, tenemos un espacio vivencial, Ciencias Naturales, que se maneja desde el punto experimental de los niños; también uno lúdico de prematemáticas, que es de pensamiento y lógica; y otro de ritmos, donde trabajamos toda la parte artística y de motricidad", asegura el rector Rivera.

El trabajo con las matemáticas en la educación inicial se caracteriza por sus rasgos lúdicos, "lo asociamos con situaciones cotidianas, con juegos de campo", comenta el profesor Juan Daza. "Intentamos que la matemática se realice fuera de clase, que asocien este conocimiento con el ambiente natural". Este trabajo de asociación de nociones matemáticas (números o grupos) con elementos de la naturaleza, el niño también lo puede realizar dentro de las instalaciones de la Normal La Hacienda.

Cuando los niños ingresan a Preescolar, inician una etapa muy importante dentro del esquema de la Normal La Hacienda: el camino a la individualización y a la socialización. "Para que esto se dé en el mejor ambiente", señala la coordinadora de Preescolar, Glerys Cecilia Valencia, "manejamos unos buenos vínculos afectivos y una adecuada estimulación para que exploren el mundo", y contamos con la participación de la familia en este proceso, en el hogar, como influencia educativa permanente en la vida del menor.

El juego y la vocación, claves en la educación

Los docentes de Preescolar saben que entre las necesidades del niño están el juego, el desarrollo de lenguajes expresivos, la exploración de vivencias antes de que las conceptualice. Sobre estas nociones se construye la propuesta pedagógica, El niño un ser de relación, que se centra en el menor y le ofrece experiencias, inquietudes, intereses, saberes, valores y necesidades, y que se concreta en el trabajo de espacios de expresión corporal, artística, creativa, de conceptos lógicos y de experimentación de percepción y sueños.

El estímulo vocacional que tiene el niño de la Normal también se manifiesta en los concursos de poesía y cuento, que han servido para promover el espíritu de igualdad entre los estudiantes. "Tenemos niños especiales (autistas) en un proceso de integración. Hay profesores capacitados en apoyo específico a la educación especial.

Ellos son su sombra permanente. Cuando hicimos este concurso -desde el ciclo Preescolar al Profesional- lo ganó un niño autista. Esto muestra el éxito de la integración de todos los niños", afirma Germán Rivera.

Simultáneamente a la integración de niños autistas en 2004, se adelantó el ciclo complementario nocturno, un proceso de integración con nueve jóvenes bachilleres con limitaciones auditivas, con domicilios en el Departamento del Atlántico y el Distrito de Barranquilla, ofreciéndoles la oportunidad de iniciar un proceso de formación pedagógica y optar por el título de Normalista Superior, siendo los primeros maestros con limitaciones auditivas egresados de una normal superior. Personas interesadas y comprometidas con su formación, con un proyecto de vida encauzado a favorecer la educación de los niños y niñas con limitaciones.

Como individuos solidarios y receptivos, maestros y estudiantes oyentes demostraron su interés en indagar sobre la persona del estudiante con limitaciones auditivas, para crear ambientes educativos para todos.

En 2007 se inició un segundo proceso de integración con ocho jóvenes con limitaciones auditivas. Esta modalidad espera seguir ofreciendo una formación pedagógica de calidad. También se espera institucionalizar la presencia de personas con limitaciones en las aulas de Ciclo Complementario de la Normal.

Interacción vivencial con el espacio

Una de las cosas que más le ha interesado a Diego Guarín, profesor de Educación Física en la normal durante 30 años (y anteriormente alumno), son las "libertades y los espacios que da la escuela con sus grandes terrenos, y la libertad de hacer lo necesario dentro de los parámetros de la educación". El profesor destaca que "hay un ambiente de respeto, de aceptación por el trabajo y responsabilidad del niño. Con esta libertad se incentiva el deseo de dedicarse a un campo específico de estudio", lo que explicaría el interés del niño por aprender y luego por enseñar. La interacción entre el niño y su espacio permite mayores habilidades dentro del conocimiento que obtiene y que, seguramente, compartirá en un futuro.

El niño está atraído por su estimulación, además de la amplitud del entorno educativo en el que vive, por el acompañamiento del maestro, especialista en determinada área de conocimiento. Es una forma de evitar deficiencias en el desarrollo cognitivo del menor. "Estos espacios pueden moverse, hay horarios flexibles, profesores diversos y lugares diferentes. Pero los niños permanecen con más frecuencia en algunos", explica Glerys Valencia.

Esta educación es vivencial y permite a los niños percibir y conceptualizar sus experiencias. La Escuela Normal Superior La Hacienda es un centro educativo que abarca 17 hectáreas de terreno, donde los niños de preescolar pueden aprender a cultivar plantas y árboles, con los que reforestan los espacios del centro educativo, un ejemplo de cómo se incentiva la educación ambiental desde la práctica y la familiaridad con la naturaleza.

La labor pedagógica de este centro se puede interpretar como un espejo donde las habilidades construidas y desarrolladas por sus estudiantes se reflejan, con el tiempo, en la enseñanza que ofrecen a los nuevos alumnos.

Escoger los maestros

En los últimos años, con el modelo de los centros de interés, se suplen las debilidades frecuentes de la educación regular, en la que todas las asignaturas reciben una intensidad y una dedicación similar, sin explorar las áreas potenciales del pequeño. "La idea es que cuando se nombre un profesor sea aquel que motive la experiencia en la formación de alumnos, o un egresado nuestro", anota el rector. "Eso le da estabilidad a la Escuela Normal, le da fortaleza y un discurso diferente. Nuestros maestros tienen un perfil y unas características que los identifican".

Este ejemplo continúa cosechando futuros educadores e implantando, con la llegada de estos a la enseñanza, maneras innovadoras para una formación más integral de los niños. La idea de Germán Rivera es que los niños no se deben adaptar a la escuela, sino que es la escuela la que debe adaptarse a ellos y permitir cambios en los currículos. Esta institución ha producido nuevas alternativas pedagógicas que responden a los intereses y aptitudes de niños y niñas. Ellos necesitan constante oxígeno en las maneras de aprender, y sus maestros, que también fueron niños, lo saben.